Generar comunidades de testigos

Además de un generoso reconocimiento y apoyo a la escuela católica, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, nos insistió el pasado jueves en que la escuela católica debe estar constituida por católicos en la escuela. E incluso llegó a afirmar que «los colegios no son un club de fanes católicos», sino que nuestros centros han de ser católicos, misioneros, con capacidad de ir generando comunidades de testigos.

Existe la escuela católica porque hay católicos en la escuela, esa comunidad es el corazón de nuestros proyectos educativos. No cabe duda de que este es el ideal y de él participan la mayoría de nuestras escuelas católicas, pero tampoco debemos cerrar los ojos a la realidad que encontramos día a día, en la que puede crecer el déficit evangelizador y misionero y emerger una imagen academicista de nuestros centros.

La utopía está para hacernos avanzar y seguir reconociéndonos en ese ideal que tantos buenos frutos ha dado en la escuela católica, superando retos, dificultades, anquilosamientos y enfrentando el huracán secularizador que preside nuestra realidad social.

¿La escuela católica es evangelizadora? Sí. ¿Crea comunidades de testigos? ¡Sin duda! Pero debemos seguir haciendo camino, el ideal debe movilizarnos cada día más.

Porque, como dice un reciente documento de la Congregación para la Educación Católica —dependiente del Dicasterio para la Cultura y la Educación— y que lleva por título La identidad católica para una cultura del diálogo (2022), «es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo» (Evangelii gaudium, 23).

Y el documento añade que «la escuela católica es sujeto eclesial». Como tal, comparte la misión evangelizadora de la Iglesia y es lugar privilegiado en el que se realiza la educación cristiana. Nuestras escuelas católicas deben practicar «la gramática del diálogo», porque combina bien la atención a la propia identidad con la comprensión de los demás y el respeto a la diversidad.