Francisco a los jesuitas belgas: «No quiero limitar la discusión sobre la mujer al ministerio» - Alfa y Omega

Francisco a los jesuitas belgas: «No quiero limitar la discusión sobre la mujer al ministerio»

Durante un encuentro con la Compañía de Jesús durante su viaje a Bruselas, el Papa reivindicó la aportación de las religiosas Raffaella Petrini y Alessandra Smerilli

Rodrigo Moreno Quicios
El jesuita Alberto Ares con el Papa Francisco en Bruselas. Foto: Vatican Media

«La Iglesia es mujer», declaró el Papa durante el encuentro privado que acostumbra a tener con los jesuitas del país cuando realiza un viaje apostólico. Al hilo de su visita a Bélgica y Luxemburgo del 26 al 29 de septiembre, se reunió con 150 miembros de la Compañía de Jesús y mantuvo con ellos una conversación privada que este martes ha revelado La Civiltà Cattolica, la revista de referencia de la orden en Italia.

Reunido con sus hermanos en el Colegio San Miguel de Bruselas, Francisco respondió a la pregunta de un jesuita sobre la incorporación de la mujer a la Iglesia diciendo: «No quiero limitar la discusión sobre el papel de la mujer en la Iglesia al tema del ministerio». Como ejemplos concretos de mujeres que no son sacerdotes y, sin embargo, ocupan altas responsabilidades en el Vaticano, puso a Raffaella Petrini, secretaria general del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, y a Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Estos cargos implican que ambas son el número dos de sus respectivas instituciones.

Petrini además forma parte del Dicasterio para los Obispos junto a otras dos mujeres. Según el Papa, «desde que llegaron allí, las cosas van mucho mejor porque son agudas en sus juicios». Estos perfiles cuentan además con el apoyo reciente de cardenales como José Cobo, arzobispo de Madrid.

Francisco puso también como ejemplo a los jesuitas una conversación que mantuvo en el pasado con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Al preguntarle él cómo gestionaba las materias más sensibles, la democristiana le contestó: «Como hacemos todas las madres». Una respuesta que, como el propio Pontífice confesó, le dejó pensativo

En relación a las migraciones, otro tema central durante la conversación del Papa con sus hermanos de orden, declaró que «un inmigrante que no está integrado acaba mal, pero la sociedad en la que se encuentra también acaba mal«. En este sentido, citó el atentado de 2016 en el aeropuerto de Zaventem, en ese país, como una consecuencia de la falta de integración.

Finalmente, señaló a los 150 religiosos que «el jesuita no debe tener miedo de nada» y los animó a seguir el ejemplo de Matteo Ricci, un italiano que evangelizó China entre los siglos XVI y XVII.