El arzobispo de Santiago de Chile acepta «con mucha humildad» su creación como cardenal - Alfa y Omega

El arzobispo de Santiago de Chile acepta «con mucha humildad» su creación como cardenal

Fernando Chomali recuerda a la Iglesia chilena que «no sacamos nada con felicitarnos» y señala que «tenemos mucho que hacer en nuestras parroquias»

Rodrigo Moreno Quicios
Fernando Chomali es arzobispo de Santiago de Chile
Fernando Chomali es arzobispo de Santiago de Chile. Foto: Arzobispado de Santiago de Chile.

Tras el anuncio este domingo por parte del Papa Francisco de la celebración de un consistorio el próximo 8 de diciembre, algunos de los futuros cardenales ya han compartido alguna declaración con la prensa local. Tal es el caso de Fernando Chomali, arzobispo de Santiago de Chile y futuro purpurado, quien valoró el pasado domingo su creación como «un regalo para la Iglesia de Chile». Insistiendo en que su nueva responsabilidad es «un servicio que hago a la Iglesia», reveló que «lo asumo como una gran responsabilidad para realizar la tarea evangelizadora, que es nuestra primera prioridad, y trabajar especialmente por aquellos que se sienten solos». 

«Espero transmitir la misericordia, la alegría de vivir y poder colaborar con una sociedad más justa y por el bien de nuestra patria», añadió durante una improvisada rueda de prensa a la salida de una celebración eucarística. En conversación con los periodistas, Chomali declaró que «acepto con mucha humildad» el nuevo servicio. Sobre todo porque, «a diferencia del episcopado, el Santo Padre no te pregunta si quieres ser cardenal y te nombra».

Sobre sus responsabilidades esperables, detalló que «la labor del cardenal es ser un asesor más directo del Papa». Por lo tanto, «nos hace participar de los dicasterios y me convierto en un elector». El arzobispo de Santiago de Chile explicó que «cuando haya una nueva elección de Papa, que espero que no sea pronto para que tengamos al Papa Francisco mucho tiempo, me va a corresponder ir a Roma para participar en las votaciones».

En cuanto a las potenciales implicaciones para el país que puede tener su creación, Fernando Chomali pronosticó que «puede reactivar a la Iglesia de Santiago de Chile». Pero pidió no dormirse en los laureles y ponerse manos a la obra porque «no sacamos nada con felicitarnos por tener un nuevo cardenal». «Tenemos mucho que hacer en nuestras parroquias, obras sociales, colegios y universidades para que se transmita el mensaje de Cristo», sentenció.

Finalmente, preguntado por la contribución que podría hacer contra la «crisis de inseguridad» que asola al país, Chomali aseguró que «el trabajo de la Iglesia católica es formar a las personas con conciencia, corazón e inteligencia para tomar buenas decisiones». Algo que puede ayudar a desactivar «la corrupción, que tiene detrás una conciencia errónea por la que las personas están más centradas en sí mismas que en los demás». «Con la corrupción, los que más pierden son los pobres y eso no lo podemos tolerar», concluyó.