El Papa alaba a las empresas familiares por difundir «el valor de ser familia»

«La Iglesia es familia de Dios y mira con simpatía todo aquello que es familiar». Con estas palabras ha comenzado el Papa Francisco su audiencia a un grupo de empresarios italianos que están al frente de las empresas de sus familias. En su discurso, enmarcado en otra maratoniana jornada cuajada de eventos en su agenda, el Pontífice les ha recordado la importancia de la familia y de la comunidad como lugares donde los sujetos pueden realizarse.

También les ha dicho que cuiden el delicado equilibrio entre familia y trabajo que se expresa, especialmente, «en el valor y en la responsabilidad empresarial», que es «el secreto de la economía». Por eso, ha invitado a estos empresarios a ser responsables, no solo de sus empresas y empleados, sino también responsables de la casa común y de las generaciones futuras, especialmente, las del territorio donde se afincan sus actividades.

«Estáis llamados a enriquecer ese lugar, tanto con el testimonio de los lazos familiares como con la seriedad de vuestro compromiso profesional», ha remarcado.

Francisco ha destacado en sus palabras que la suerte de la humanidad es común porque todo está conectado: «Aunque la fraternidad entre las personas y los pueblos está muy herida y la casa común porta los signos de la injusta avaricia humana, todo está conectado».

Por ello, el Pontífice ha insistido en pedirles que siempre difundan «el valor de ser familia» en cualquier actividad económica que emprendan. Ante de despedirse, ha pedido a estos empresarios que no desperdicien el talento de los mayores y que potencien el de los jóvenes.