Los obispos de México culpan de la muerte de seis migrantes a la militarización
Durante el recién concluido mandato de López Obrador se han destinado 36.000 efectivos a controlar la llegada de extranjeros
La muerte de seis migrantes el pasado martes en Chiapas (México) por disparos de soldados es «consecuencia de la militarización de la política migratoria» y de «una mayor presencia de fuerzas armadas en la frontera sur del país». Lo denunció el jueves en un comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana.
Esta institución «rechaza el uso desproporcionado de la fuerza letal por parte de agentes del Estado». Subraya asimismo que el Gobierno «está obligado a realizar una investigación seria, imparcial y efectiva». De lo contrario, «de algún modo» el poder público se convertiría en facilitador de hechos similares, «comprometiendo la responsabilidad internacional» del país.
El comunicado de la CEM solicita asimismo «medidas de no repetición para limitar la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de orden público y en materia de control y revisión migratoria». Su intervención debería darse solo en «situaciones excepcionales» y asegurando «el cumplimiento de medidas preventivas en el uso de la fuerza».
La muerte de estas seis personas coincidió con el inicio del mandato de Claudia Sheinbaum, primera mujer presidenta del país. Dos días después, en su habitual rueda de prensa de las mañanas, la gobernante aclaró que las víctimas son de Egipto, El Salvador y Perú. De acuerdo con la información proporcionada, dos soldados del Ejército habrían confundido a 33 migrantes que viajaban en dos camionetas con supuestos criminales. Les dispararon y dejaron en el sitio a cuatro muertos y doce heridos, de los que dos murieron tras su traslado a un hospital, informa EFE.
Persona y seguridad nacional
Además de asegurar su oración por los fallecidos y los heridos, los obispos van más allá de este caso concreto recordando «el principio de la centralidad de la persona humana, expresado con firmeza por el Papa Benedicto XVI». Este «obliga a anteponer siempre la seguridad personal a la nacional».
Los pastores aseguran que este fundamento tiene como consecuencia la necesidad de «formar adecuadamente al personal encargado del control en las fronteras». También «preferir soluciones que sean alternativas a la contención de las personas en situación migratoria irregular que entran en el territorio nacional y la militarización de la frontera.
Durante el recién concluido sexenio en el poder de Andrés Manuel López Obrador, se dio un creciente papel a las Fuerzas Armadas para tareas de seguridad en el país. Una de las más importantes era el control de las migraciones, donde se empleó a 36.000 efectivos.