Samuel Segura: «La comisión es un paso más en la reparación integral» - Alfa y Omega

Samuel Segura: «La comisión es un paso más en la reparación integral»

El órgano asesor del PRIVA para atender los casos de abusos ya prescritos ha echado a andar. «Las víctimas van a estar muy presentes», afirma uno de sus miembros

José Calderero de Aldecoa
Segura es vicario provincial de la Inspectoría salesiana Santiago el Mayor y miembro de la comisión a propuesta de CONFER
Segura es vicario provincial de la Inspectoría salesiana Santiago el Mayor y miembro de la comisión a propuesta de CONFER. Foto: Inspectoría Santiago el Mayor.

¿En qué consistió la primera reunión? ¿Han visto ya algún caso?
El objetivo de la primera reunión, que estuvo presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, fue la presentación de sus miembros y recordar la misión que dicha comisión tiene. Ahora se trata de ponerse en marcha. A partir de este momento, tanto Cristina Guzmán, representante de la CEE, como yo, como representante de la CONFER, iremos convocando las reuniones. La siguiente tiene por objeto dotarnos de un reglamento interno de funcionamiento, a partir de los criterios del Plan de reparación integral a las víctimas de abusos sexuales (PRIVA), publicados el pasado mes de julio y que están a disposición en la web de la CEE.

¿Cuáles son los perfiles de los miembros de la comisión?
Hay dos perfiles: el jurídico-legal y el terapéutico-médico; y, como he comentado, los representantes de la CEE y de la CONFER.

En los meses previos a la constitución de la comisión se debatió intensamente sobre la presencia de las víctimas en este órgano. De hecho, en un primer momento se dudó sobre si incluirlas o no. Finalmente hay una. ¿Por qué ese cuestionamiento? ¿Cuál es el motivo para que no haya más?
En mi opinión, no hay dos víctimas iguales, aunque compartan elementos parecidos; por lo que veo difícil que una o dos víctimas puedan representar a todas ellas. En nuestra comisión hay un miembro que ha vivido la experiencia de ser víctima, al tiempo que tiene una amplia experiencia en acompañamiento y reparación de otras muchas. Pero no participa en este organismo como representante de nadie, sino como terapeuta, aportando su experiencia personal de sanación propia y ajena. Yo también he acompañado y escuchado a muchas personas que han sufrido abusos. Las víctimas deben ser recibidas y atendidas desde la institución en la que sufrieron los daños. Desde ahí, analizar la verdad, hacer justicia, asumir responsabilidades y reparar en lo posible. La función de la comisión es completar esa reparación, desde la información que nos proporcione dicha institución de cada víctima que acuda a nosotros. La persona que ha sufrido el abuso, cada una de ellas, con su historia, es el sujeto protagonista de nuestro trabajo en la comisión; por tanto, por supuesto, que están muy presentes.

¿Que se haya tenido que crear esta comisión quiere decir, de algún modo, que en el pasado no se hicieron las cosas bien? En el sentido de que no se atendió a la víctima en el momento adecuado o que se dejó que el delito prescribiera sin que se hiciera nada.
Está claro que, en el pasado, ni en la Iglesia ni socialmente existía una sensibilidad para denunciar públicamente los abusos. Muchas víctimas afirman ahora que no lo dijeron en su momento porque nadie las creería, y menos acusando a un religioso o a un sacerdote. Los abusos se producían y, o bien no se manifestaban, o a veces se solucionaban desde la ocultación o el cambio de destino. Eso está más que dicho y comprobado. Pero la comisión asesora no se ha creado para reconocer ese pasado y empezar a hacer las cosas bien. Las cosas se están haciendo bien ya desde hace al menos seis años, con la atención a las víctimas desde las oficinas de diócesis y congregaciones. Pero entendemos que era necesario añadir a la reparación integral, para aquellas víctimas que lo pidieran, la posibilidad de una reparación específica económica. Esa es la misión principal de la comisión asesora.

Se ha criticado el hecho de que las resoluciones de la comisión sean solo recomendaciones no vinculantes. ¿Esto resta eficacia o credibilidad?
Son recomendaciones, porque la comisión es «asesora», y el proceso que realizamos con cada víctima que solicite este tipo de reparación no es un proceso judicial, aunque hay excelentes profesionales en ella de ese campo. Por eso decimos que las decisiones de la comisión son recomendaciones, pero las instituciones a las que pertenecían los victimarios las van a asumir. El PRIVA y la constitución de esta comisión fueron aprobados el mes de julio en la Asamblea Plenaria de la CEE en coordinación con la CONFER, para que se llevara a cabo y se cumpliera. De todas formas, si alguna institución tuviera dificultades para asumir las recomendaciones, tanto la CEE como la CONFER actuarán de forma subsidiaria, haciéndose corresponsables.