El Papa revela cuál es «la inversión más rentable» para Dios
Francisco ha pedido que los grandes rascacielos no eclipsen a las personas que los hacen posibles
En Singapur, Francisco ha quedado prendado de la supremacía de los rascacielos que delinean el horizonte de esta metrópolis ultradesarrollada. En esta ciudad-Estado, de 5,5 millones de habitantes, hay más de 4.300 edificios de estas dimensiones imponentes y el Papa ha hablado de ellos como un «bosque» de construcciones «ultramodernas que parecen surgir del mar».
Así ha elogiado estas obras de ingeniería al calificarlas de «símbolos del desarrollo» en la misa que ha celebrado en el Estadio Nacional Sports Hub de Singapur pero también ha pedido que los grandes rascacielos y las inversiones no eclipsen a las personas que los hacen posibles.
En su segundo día en Singapur, y el penúltimo de su extensa gira del 2 al 13 de septiembre por Asia y Oceanía —que también le ha llevado a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental—, ha asegurado que algunas personas podrían pensar que es «ingenuo» decir que «el crecimiento» de una sociedad próspera se debe a familias y personas que hacen sacrificios «extraordinarios por amor».
Sin embargo, la prueba está —para el Pontífice— en la propia ciudad de Singapur: «detrás de cada una de las obras que tenemos delante hay muchas historias de amor por descubrir en las comunidades y en los padres que sacan adelante a sus familias, y en los profesionales y trabajadores que se entregan sinceramente a sus diversas tareas».
Incluso en el origen de estas imponentes construcciones, «como en el de cualquier otro proyecto que deja una huella positiva en este mundo, no está en primer lugar, como muchos piensan, el dinero, ni la técnica, ni siquiera la ingeniería, sino en definitiva el amor, el amor que construye».
«Si no fuera por eso, aquí nadie habría podido hacer crecer una metrópolis tan grande, los arquitectos no habrían hecho proyectos, los obreros no habrían trabajado y nada se habría podido realizar», ha explicado.
En el principal centro financiero de Asia, ante unas 50.000 personas, el Papa ha rendido homenaje a la belleza y al ingenio de la infraestructura de Singapur, diciendo que la ha hecho «famosa y fascinante». Pero también ha explicado que detrás de cada uno de los rascacielos «hay muchas historias de amor por descubrir». «Historias de hombres y mujeres unidos entre sí en una comunidad; de ciudadanos comprometidos con su país; de madres y padres preocupados por sus familias; de profesionales y trabajadores de todo tipo y grado», ha asegurado.
En el principal centro financiero de Asia, ha recordado que «para Dios la inversión más rentable son las personas». «A veces, la grandeza y la grandiosidad de nuestros proyectos pueden hacernos olvidar esto, y engañarnos pensando que podemos ser los únicos autores de nuestra vida, de nuestra riqueza, de nuestro bienestar, de nuestra felicidad», ha avisado en esta ciudad- Estado en la que aproximadamente el 20 % de la población no profesa ninguna religión, mientras que alrededor del 31% es budista y el 18,9 % cristiano, con un 6,7 % —395.000 personas— perteneciente a la Iglesia católica, que sólo tiene una diócesis.
El resto de la población —según datos facilitados por el Vaticano— se divide mayoritariamente entre musulmanes, que representan alrededor del 15,6 % de la población, taoístas, que constituyen el 8,8 %, e hindúes, que representan alrededor del 5 %. Los católicos que practican regularmente su fe, asistiendo a Misa semanalmente, son unos 150.000.
Antes de la misa, Francisco realizó una visita de cortesía al presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, y mantuvo un encuentro privado con el primer ministro, Lawrence Wong. El viernes, su último día en el país, el Papa mantendrá un encuentro con jóvenes antes de dirigirse al aeropuerto y embarcar en su vuelo de regreso a Roma.