El joven que soñaba con ser cura «para ir donde la Iglesia necesite» - Alfa y Omega

El joven que soñaba con ser cura «para ir donde la Iglesia necesite»

Un misionero claretiano español le ayudó porque él no podía afrontar los gastos del seminario. Ahora está a punto de ordenarse diácono en Timor Oriental

Ester Medina
El seminarista claretiano Ebid Lone, rezando la Liturgia de las Horas
El seminarista claretiano Ebid Lone, rezando la Liturgia de las Horas. Foto: OMP.

Para el joven seminarista Ebid Lone, la misa que celebrará el Papa Francisco este martes en Timor Oriental será muy especial. «Una bendición, un momento precioso en el que podré ver a Francisco directamente, cara a cara», afirma este joven a Obras Misionales Pontificias. Destinado a este pequeño país del tamaño de la ciudad de Sevilla, el seminarista claretiano recuerda que «cuando se anunció que el Santo Padre lo visitaría, todo el mundo se llenó de alegría».

Lone asegura que ser sacerdote era el sueño de su infancia y que «cuando iba a misa con mis padres en Indonesia me quedaba impresionado». Sin embargo, pagar los gastos del seminario eran costosos y al venir de una familia muy pobre, no se lo podía permitir, aun teniendo el deseo «de ser como ellos».

Gracias a un misionero claretiano español, el sueño del joven Ebid se pudo cumplir y hoy está a punto de ser ordenado diácono en Timor Oriental. Tras once años de formación, afirma «estar disponible para ir allá donde la congregación y la Iglesia necesite, porque soy misionero».

Como parte de su viaje apostólico, Francisco ha pisado este lunes uno de los países más pequeños de Asia. Lo hace 35 años después del viaje de san Juan Pablo II, y con una comunidad cristiana fuerte: casi 350 sacerdotes y más de 1.000 religiosas conforman la Iglesia católica de Timor Oriental, además de 66 parroquias, 320 escuelas y 51 instituciones sociales entre hospitales, residencias de ancianos y centros para personas discapacitadas.

Timor Oriental recibe cada año la ayuda económica del Pontífice, canalizada oficialmente a través de Obras Misionales Pontificias, y que asciende a casi 1 millón medio de dólares en los últimos cinco años. Este dinero se destina, en parte, al sostenimiento de los tres seminarios que existen en el país contribuyendo a que jóvenes como Ebid Lone cumplan el sueño de convertirse en sacerdotes.