Francisco pide a las autoridades de Papúa que detengan los conflictos tribales - Alfa y Omega

Francisco pide a las autoridades de Papúa que detengan los conflictos tribales

En el país hay decenas de grupos étnicos que no siempre han mantenido la concordia. «El Evangelio se inculturiza y las culturas son evangelizadas», ha asegurado el Pontífice en su primer discurso en Port Moresby

Ángeles Conde Mir
Francisco durante su encuentro en privado con el Gobernador de Papúa Nueva Guinea, Sir Bob Bofeng Dadae
Francisco durante su encuentro en privado con el Gobernador de Papúa Nueva Guinea, Sir Bob Bofeng Dadae. Foto: CNS photo / Lola Gómez.

Tras recalar en Papúa Nueva Guinea hace unas horas y descansar en la nunciatura de Port Moresby, el Papa Francisco ha comenzado con su agenda en el país. Como es habitual, ha dedicado la primera jornada a los encuentros oficiales. Ha celebrado la Misa en privado y se ha trasladado a la sede de gobierno para departir con el Gobernador del país, Sir Bob Bofeng Dadae. Han firmado juntos el libro de honor y, después del intercambio de regalos y demás gestos protocolarios, el Santo Padre se ha desplazado hasta el APEC Haus, la principal sala de conferencias de la capital donde ha sido recibido con un vistoso baile.

Allí, ha dirigido su primer discurso en Papúa Nueva Guinea a las demás autoridades, a los miembros más destacados de la sociedad civil y al cuerpo diplomático acreditado en el país. Francisco también ha tenido la oportunidad de saludar privadamente a los Jefes de Estado de varios países del Pacífico.

El Papa ha asegurado que se siente muy contento por visitar Papúa Nueva Guinea. «Dirijo mi saludo a todos los habitantes del país, deseándoles paz y prosperidad», ha proseguido. Además, ha destacado la miscelánea composición del país; un archipiélago con cientos de islas donde se hablan más de ochocientas lenguas, «un aspecto que me cautiva mucho, también a nivel espiritual, porque imagino que esta enorme variedad sea un desafío para el Espíritu Santo, que crea la armonía de las diferencias».

También ha señalado que se trata de una nación rica en recursos naturales. Bienes «destinados por Dios a toda la colectividad», ha puntualizado. El Papa ha indicado que, por ello, estos bienes tienen que ser justamente distribuidos, sean explotados por empresas internacionales o locales, para mejorar la vida de todos.

El cese de las agresiones tribales

A las autoridades ha recordado que su deber es proteger esa riqueza y optimizarla para «el bienestar de todos, sin excluir a nadie, a través de programas concretamente ejecutables y mediante la cooperación internacional».

Para conseguirlo, el Papa ha subrayado que la condición es la estabilidad de las instituciones y la concordia, aunque haya diferencia de opiniones. «Abogo, en concreto, por el cese de las agresiones tribales que desgraciadamente causan muchas víctimas, no permiten vivir en paz y obstaculizan el desarrollo. Por ello, apelo al sentido de responsabilidad de todos para que se detenga la espiral de violencia y se emprenda decididamente el camino que conduce a una cooperación fructífera, en beneficio de todos los habitantes del país», ha dicho el Pontífice.

Sobre este particular ha mencionado el caso de una de las islas del archipiélago, Bougainville, que prácticamente desde 1975 ha querido independizarse de Papúa con distintos intentos cruentos e incruentos. En 2019 hubo un referéndum de independencia, en el que sus ciudadanos votaron masivamente a favor de convertirse en un país, y está previsto que así sea en 2027. En cualquier caso, Francisco ha deseado que no se aviven las viejas tensiones.

«Consolidando la concordia sobre los cimientos de la sociedad civil, y con la disponibilidad de cada uno a sacrificar algo de las propias posiciones en beneficio del bien de todos, será posible poner en marcha las fuerzas esenciales para mejorar la infraestructura, para abordar las necesidades sanitarias y educativas de la población y aumentar las oportunidades de trabajo digno», ha destacado en su discurso.

«El Evangelio se inculturiza y las culturas son evangelizadas»

Al mismo tiempo, ha explicado que para la paz institucional y la consecución del bienestar para todos es también necesaria una «tregua del alma», un corazón que mantenga «una recta escala de valores», porque no todo lo hace posible la abundancia de bienes materiales. Por ello, Francisco, haciendo alusión al lema de la visita, «rezar», ha afirmado que «un pueblo que reza tiene futuro sacando fuerza y esperanza de lo alto».

Así, ha llamado a los cristianos de Papúa a que su fe «consista en amar y seguir a Jesucristo» para «ayudar a la sociedad entera a crecer y encontrar soluciones, buenas y eficaces, a sus grandes desafíos».

A continuación, ha felicitado a las obras de caridad cristianas por su labor en el país. También ha recordado el testimonio del misionero beato Giovanni Mazzucconi y del papuano Pedro To Rot, catequista mártir asesinado por los japoneses durante la II Guerra Mundial, y que fue beatificado por Juan Pablo II en Port Moresby en 1995. Los nietos del beato estaban presentes en este evento.

Por último, ha recordado que el Evangelio es para todos los pueblos y «no está ligado a ningún poder terrenal, sino que es libre para fecundar cualquier cultura». Porque «el Evangelio se inculturiza y las culturas son evangelizadas», ha asegurado el Papa, saltándose solo un momento su discurso preparado y antes de desear que todos los pueblos de Papúa «vivan juntas en armonía».