El Papa a los indonesios: «Discutir es bonito si lo hacemos como hermanos»
Durante su encuentro con los jóvenes de Scholas Occurrentes, ha bromeado diciendo que «si todos fuésemos iguales, esto sería un aburrimiento»
«En las diferencias se puede dar la guerra o se puede dar el diálogo. Nosotros debemos siempre elegir el camino. Cuando soy diferente a otro, ¿qué hago? ¿El diálogo o la guerra?». Es la pregunta que ha planteado el Papa al millar de asistentes en Yakarta a su encuentro con Scholas Occurrentes en la Casa de la Juventud Grha Pemuda durante su segundo día de viaje por Asia y Oceanía.
En estas instalaciones ha podido asimismo contemplar el Poliedro del Corazón, es una gran escultura creada por personas de las diferentes islas del país que refleja su diversidad. Él ha contribuido a la obra añadiendo un pequeño texto escrito de su puño y letra para dejar su huella.
El Santo Padre ha escuchado los testimonios de varios locales vinculados a Scholas Occurrentes en Indonesia, como el de Anna Nurawalia, una mujer musulmana que no ha podido contener la emoción al verlo y ha roto a llorar. «Hoy ha sucedido una transformación extraordinaria en mí». «Por primera vez en mi vida he entrado en una catedral, milagrosamente, justo frente a mí, se alzaba la mezquita donde suelo adorar», ha narrado ella.
Francisco también ha respondido a las dudas de jóvenes como Christine, quien le ha preguntado «cómo enseñar la paz en mitad de los conflictos y guerras como las de hoy en día». Lo primero que le ha dicho el Papa es «¡eres valiente!», para después indicarle que «si todos nosotros fuésemos iguales, esto sería un aburrimiento».
Hablando con los jóvenes reunidos en la Casa de la Juventud Grha Pemuda, sentados sobre el suelo como es común en su cultura, Francisco les ha señalado que «el deseo de tenerlo todo es lo que provoca la guerra». A su juicio, surge cuando «no existe la capacidad de escuchar, cambiar de idea y caminar juntos». Y ha repetido y subrayado que «caminar juntos es la palabra clave».
El Santo Padre ha planteado la siguiente disyuntiva a los asistentes: «O hacemos la guerra y nos insultamos y disparamos los unos a los otros… o hacemos la política de la mano tendida, el abrazo y el amor fraterno». Y ha matizado que, aunque ese «caminar hacia delante» implica a menudo «discutir», lo importante es «hacerlo juntos». Ha insistido en que «discutir entre nosotros es bonito si lo hacemos como hermanos y para llevar adelante un camino de paz».
Finalmente, en contraposición al «discutir» que tantas veces ha elogiado aunque parezca paradójico, sí que ha advertido y matizado de que «pelearnos es una cosa fea». Y como ha señalado en numerosas ocasiones en todos sus discursos, se ha reiterado en que «la guerra es siempre una derrota». «No olvidéis nunca esto», ha pedido.