El santuario de Chandavila, signo de «consuelo y conversión»
El templo extremeño ha recibido la aprobación de Doctrina de la Fe para la promoción de su devoción a la Virgen de los Dolores. Este 15 de septiembre será declarado santuario diocesano
Marcelina Barroso tenía solo 10 años cuando tuvo lugar el encuentro más importante de toda su vida. Mientras caminaba un domingo de mayo alrededor del pueblo extremeño de La Codosera, la niña aseguró haber visto a la Virgen de los Dolores en lo alto de un castaño. Era 1945 y, al contar lo ocurrido, Marcelina recibió la reprimenda de su madre. Sin embargo, la Virgen volvió a hablarle pidiéndole que hiciera el sacrificio de caminar de rodillas sobre un terreno lleno de pinchos y piedras. Después de hacerlo delante de todo el pueblo, cuando la joven se levantó sus rodillas estaban intactas y sin un rasguño. «Aseguró que la Madre le había tendido una alfombrita de verdes hierbas para que no le pasase nada», explica José Lucio, hermano mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila. Ahora, la aparición ha obtenido el nihil obstat por parte de la Iglesia. Con el reconocimiento, sin embargo, el Vaticano no se pronuncia sobre la autenticidad o no de las visiones, sino que certifica que no se han encontrado impedimentos ni objeciones «a esta hermosa devoción», según se lee en una carta reciente de Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En la misiva, además, se destaca la «gran riqueza espiritual» del lugar y cataloga estas experiencias espirituales como «una expresión de la ternura y sencillez de María».
En el mismo castaño, y con unos días de diferencia, la Virgen también se le apareció a otra joven de 17 años llamada Afra Brígido, a la que se le manifestaron estigmas en los pies, las manos y el costado y cuyas vendas aún se conservan. Desde entonces, ambas mujeres han vivido en la discreción más absoluta; Marcelina ingresó en las Hermanas de la Cruz y vive en el anonimato como monja de clausura, y la joven Afra dedicó su vida como seglar a los más necesitados, visitando enfermos y presos. «Son muchos los aspectos positivos que indican una acción del Espíritu Santo en tantos peregrinos que se acercan, en las conversiones, curaciones y otros signos de este lugar», señala en su carta el prefecto. Unos signos que se traducen en una espiritualidad «que se vive con sencillez y naturalidad», recalca Juan José Montes, natural de La Codosera. «El culto de la gente de aquí es de gente pobre y humilde, que lo vive sin grandilocuencias y con mucha oración».
Casi 80 años después, el mensaje de paz y perdón que la Virgen transmitió a aquellas niñas «es especialmente necesario en el mundo en el que vivimos», afirma el hermano mayor de la cofradía. «Las palabras de la Virgen vinieron en un contexto de guerra mundial y hoy sigue habiendo guerras muy crueles. Necesitamos este mensaje; que nos perdonemos unos a otros y se construya la paz». A la misiva, en la que también se invita a «seguir ofreciendo a los fieles un ámbito de paz interior, consuelo y conversión», el arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, ha respondido publicando un decreto donde da a conocer su intención de declarar a Chandavila como santuario diocesano durante la celebración de una Eucaristía de acción de gracias programada para el miércoles 15 de septiembre. Además, el pasado jueves el arzobispo se reunió con el Papa en una visita institucional en la que, según afirma Lucio, «hablaron de este reconocimiento y de que este signo de perdón y paz se debe divulgar por el mundo».
Las de Chandavila son las primeras apariciones sucedidas en España que obtienen el nihil obstat tras la llegada del cardenal Víctor Fernandez al Dicasterio para la Doctrina de la Fe. A nivel internacional, también se han reconocido recientemente las producidas en Pellevoisin (Francia), en 1876, donde la Virgen se apareció a Estelle Faguette, una empleada del hogar pobre y con una enfermedad incurable. O los mensajes de la Virgen a la italiana Pierina Gilli, que según el dicasterio sí se ajustan a la doctrina católica. En sentido opuesto, Doctrina de la Fe confirmó antes del verano la «no sobrenaturalidad» de las supuestas apariciones sucedidas en Ámsterdam entre 1945 y 1959 y también destapó a la estafadora Maria Giuseppe Scapulla, quien decía multiplicar los ñoquis y las pizzas.
Preguntado por Alfa y Omega sobre los numerosos pronunciamientos publicados recientemente por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Fernández ha asegurado que algunos casos «habían quedado congelados debido a que existía expectativa por una declaración de sobrenaturalidad u origen divino». Con las nuevas normas publicadas el pasado 17 de mayo para discernir estos casos, «ese peso ya no existe y el análisis se facilita», asegura el prefecto, lo que ha dado lugar a una sobreabundancia de declaraciones.