Una mano amiga para los niños explotados
A través de un documental, los mercedarios buscan sensibilizar sobre la explotación infantil en República Dominicana. El 11 de septiembre se proyectará en Madrid
Resulta extraño pasear por la capital dominicana y no encontrarse con decenas de niños lavando los cristales de los coches, vendiendo caramelos en los semáforos de las grandes avenidas o como limpiabotas en cualquier plaza. El libro de los abrazos es el título de un documental que pretende visibilizar la situación de la explotación infantil en República Dominicana, así como dar a conocer la labor que realiza allí la Fundación La Merced. Durante cerca de 15 años, esta organización sin ánimo de lucro ha puesto en marcha proyectos sociales y educativos para erradicar la explotación infantil y perseguir el objetivo de que esos jóvenes «puedan estar acompañados y vivir una infancia libre y feliz», explica Tomás García, misionero español de la Orden de la Merced, que ha pasado 17 años en el país y conoce de primera mano el trabajo con estos niños. «Al encontrarme con esta realidad, entendí que mi misión era pasar de la preocupación a la ocupación», señala en conversación con Alfa y Omega, y apunta a «la desigualdad aplastante y la pobreza» como raíces del problema.
Durante seis meses, el director español Alberto Pla junto a su equipo de producción, han recogido las historias de niños y niñas como Jefferson o Mabelia, que han sido víctimas de la explotación infantil y ahora participan activamente en algún proyecto de la fundación. «Tenemos también la dura realidad del país vecino, que es Haití», sostiene el misionero, ya que muchos de los niños que atienden provienen de allí y han llegado tras cruzar la frontera con sus familias huyendo de las continuas olas de violencia y la situación de caos que vive el país caribeño.
Las niñas, víctimas invisibles
Pla, que ha trabajado en más de 20 países como documentalista en contextos humanitarios, afirma que es especialmente dramática la situación de las niñas, porque muchas de están recluidas en sus casas sin poder ir a la escuela y teniendo que ocuparse de las labores del hogar y de sus hermanos pequeños. Según cuenta el director, «muchas de ellas son abusadas y violadas en sus propios entornos, llegando incluso a sufrir trata de personas desde muy jóvenes». Pla recuerda con emoción cómo, durante el rodaje, una de las ginecólogas que trabaja de manera gratuita para la fundación relató cómo acudieron a su consulta una madre y una hija, las dos embarazadas, buscando ayuda porque la pequeña había sido víctima de una violación. «Son realidades que te conmueven», afirma. «Los casos de estas niñas apenas se conocen y también queríamos visibilizarlas en el documental».
En el año 2023, más de 600 jóvenes encontraron en esta organización una mano amiga para poder vivir una infancia con dignidad. A través de programas y espacios en sus propias comunidades, se pretende alejar a estos niños de la explotación doméstica o sexual, además de proponer una oferta educativa integral y brindar una atención sanitaria periódica de calidad. Pero todo ello implica salir al encuentro de esos niños y niñas que son explotados; yendo a sus casas, conociendo sus historias y a sus familias y escuchando sus necesidades. Todo ello conforma el trabajo de esta fundación, que han sabido transformar el dolor de esas historias en acompañamiento y cariño. Para García, este documental «refleja que hay una respuesta y una voluntad esperanzadoras con un denominador común, que es la fe».
El libro de los abrazos, que se ha realizado con la colaboración de la ONGD Manos Unidas, ya se ha presentado en Santo Domingo, la capital de República Dominicana, y ha llegado a España a través de una primera proyección en Valencia. En Madrid, la cinta se podrá ver el próximo miércoles, 11 de septiembre, a las 19:00 horas en Casa de América. Mientras tanto, el documental ya se encuentra también en manos del Santo Padre, quien recibió una copia de parte de los sacerdotes Tomás García y Alejandro Fernández durante un encuentro en el Vaticano. También estuvo presente el director de la obra, quien asegura que «fue un momento muy emocionante» y que el Pontífice conocía perfectamente la labor de la fundación. «Nos hizo especial hincapié en los niños; en no olvidarles y en estar cerca de ellos».
Con apenas 9 años, Neiki hacía todos los días más de 15 kilómetros en autobús desde su comunidad hasta el centro de la ciudad para limpiar zapatos y ayudar a su familia. En 2019, su vida dio un giro cuando fue rescatado durante una intervención de un órgano gubernamental dominicano que asiste a niños en situación de calle, que lo derivó a uno de los centros de la Fundación La Merced. Hoy Neiki está estudiando y aprendiendo a tocar el saxofón, y quiere convertirse en mecánico de aviones. Su historia es un ejemplo de esperanza de miles de niños rescatados de las calles dominicanas, pero también un grito de denuncia por los jóvenes que aún quedan en ellas.