«El espíritu olímpico es un antídoto para no caer en la tragedia de la guerra», dice el Papa - Alfa y Omega

«El espíritu olímpico es un antídoto para no caer en la tragedia de la guerra», dice el Papa

En esta época turbulenta «espero fervientemente que todos respeten esta tregua con la esperanza de resolver los conflictos y restablecer la concordia», ha pedido el Pontífice de cara a los Juegos Olímpicos París 2024

Redacción
La luna aparece con los anillos olímpicos en la Torre Eiffel antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, el 23 de julio de 2024. OSV News / Kai Pfaffenbach, Reuters.
La luna aparece con los anillos olímpicos en la Torre Eiffel antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, el 23 de julio de 2024. OSV News / Kai Pfaffenbach, Reuters.

Este viernes, 26 de julio, día de inicio de los Juegos Olímpicos en París, el Papa Francisco ha querido recordar en su cuenta de la red social X que «el auténtico espíritu olímpico y paralímpico es un antídoto para no caer en la tragedia de la guerra y para poner fin a la violencia. ¡Que el deporte construya puentes, derribe barreras y favorezca relaciones pacíficas!», ha asegurado. Y ha vuelto a recordar en un hashtag la tregua olímpica.

Continúa así con el mensaje que ya envió al arzobispo de París, Laurent Ulrich, el mes pasado, en el que mostraba su deseo de que las Olimpiadas sean «para todos los que acudan, una ocasión imperdible para descubrirse y apreciarse, para derribar prejuicios, para fomentar la estima donde hay desprecio y desconfianza y la amistad donde haya odio». Los Juegos Olímpicos, dijo, son, por su propia naturaleza, «portadores de paz, no de guerra».

En este texto también recordó que «el mundo antiguo instituyó sabiamente una tregua durante los Juegos y que la era moderna trata regularmente de reanudar esa feliz tradición». En esta época turbulenta «espero fervientemente que todos respeten esta tregua con la esperanza de resolver los conflictos y restablecer la concordia».

«Deseo que este evento pueda ser un signo del mundo inclusivo que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean mensajeros de paz y modelos válidos para los jóvenes», pidió también en el ángelus del domingo pasado. Y volvió a recordar la importancia de que «las Olimpiadas sean una ocasión para establecer una tregua en las guerras, demostrando una sincera voluntad de paz».

«Sin atajos y con equidad»

La asociación deportiva de la Santa Sede, Athletica Vaticana, se ha unido a esta petición del Papa y ha señalado que la cita por excelencia del deporte internacional es, «ante todo, una unión de historias de mujeres y hombres que hoy no pueden detener la tercera guerra mundial en pedazos, como la define Francisco, pero sugieren la posibilidad de una humanidad más fraterna a través del lenguaje del diálogo deportivo, popular y comprensible para todos». Lo ha hecho en una carta enviada a los atletas en vísperas de la inauguración.

«Sin recurrir nunca a atajos y con equidad», escribe Athletica Vaticana, los Juegos Olímpicos «pueden ser oportunidades para la esperanza, en las pequeñas y grandes cuestiones de cada persona y de la humanidad. Pueden ser estrategias para la paz y un antídoto contra los juegos de guerra». Lo importante, añade la entidad deportiva, es encarnar «los verdaderos valores del deporte: pasión, inclusión, fraternidad, espíritu de equipo, lealtad, redención, compromiso y sacrificio». Saber que «el deporte no es solo victoria o derrota, el deporte es un viaje por la vida que nunca se hace solo». Es esa «gran carrera de relevos» en el «maratón de la vida», expresión del Papa Francisco en el libro Juegos de paz. El alma de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.

El último deseo de Athletica Vaticana es que los de París sean unos juegos en los que la medalla de oro más brillante corresponda al valor de la proximidad. «Que sea este estilo el que haga de las Olimpiadas, además de las bellas emociones de los récords y las actuaciones, un espectáculo de cercanía».