Madrid se empapa del espíritu de Taizé - Alfa y Omega

Madrid se empapa del espíritu de Taizé

180 jóvenes de la Delegación de Jóvenes del Arzobispado de Madrid redescubren en Taizé que «cuando buscamos a Dios unidos en la Iglesia, crecemos en alegría»

Rodrigo Moreno Quicios
Una de las paradas fue Zaragoza, en la basílica del Pilar
Una de las paradas fue Zaragoza, en la basílica del Pilar. Foto cedida por Deleju.

«Al principio, a alguien le puede parecer extraño lo que hacemos aquí porque hay gente descalza y una manera de rezar muy concreta, con las oraciones cantadas», nos cuenta por teléfono durante el descanso entre una actividad y otra Miriam Blanco. Es secretaria de Pastoral de la Delegación de Jóvenes del Arzobispado de Madrid, la Deleju, y estará hasta el domingo en la comunidad ecuménica de Taizé junto a otros 180 jóvenes de la archidiócesis. Debido a lo poco convencional de este carisma, «hay quien dirá “esto no va conmigo”», reconoce Blanco, «pero yo les recomendaría que se dejen interpelar por el Señor, porque es una oportunidad muy buena para compartir con muchos cristianos».

El hermano Cristian, chileno, vinculado a esta comunidad desde 2005 y responsable de los grupos hispanohablantes, le da la razón a Blanco alegando que «esta forma de rezar tan cantada, pero también con mucho silencio y meditativa, para algunos es nueva y requiere un tiempo hasta penetrar en la dinámica». Eso sí, es contagiosa. «Con los años vemos que muchos de los jóvenes que vienen por primera vez, vuelven, traen a otros e incluso hay quienes se arriesgan y organizan un grupo en su parroquia o su colegio». Un ejemplo son las escuelas de los jesuitas, que cada año envían estudiantes desde Barcelona y Valencia. También las hermanas de la Pureza de María, que hacen lo mismo desde sus centros en toda España. O la misma peregrinación que esta semana están viviendo los jóvenes del Arzobispado de Madrid.

José Manuel Fernández, director del Secretariado de Infancia y Juventud, alega que «peregrinar juntos nos sirve para conocer a las parroquias de nuestra diócesis, hacer amigos y compartir momentos en un ambiente donde es más fácil relacionarse como uno es de verdad». «Cuando buscamos a Dios y lo hacemos unidos a la Iglesia, crecemos en la alegría y la fe», celebra. Agradece «que nos han acogido muy bien» los muchos anfitriones que les han recibido durante su viaje «de muchos kilómetros» en autobús, con paradas estratégicas en la basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza, el pueblo geronés de Llansá o Montpellier. «Siempre intentamos que sean sitios con un lugar donde celebrar la Eucaristía y poder conocer a la Iglesia y a los fieles de allí», añade.

El hermano Cristian explica que «como este verano no hay Jornada Mundial de la Juventud, las pastorales diocesanas están especialmente interesadas en participar» en Taizé para que los jóvenes no descuiden su relación con Dios ni con los demás durante las vacaciones. Cada semana, unos 2.000 peregrinos de todos los países europeos pasan por aquí, «incluso hay una semana de agosto en la que llegaremos a las 3.500 personas». Proceden de Alemania, Francia, Italia, Portugal, Suecia, Holanda, Eslovenia y Hungría. Pero también, como revela el chileno, «vendrán muchos jóvenes ortodoxos» de países como Rumanía, Serbia y Ucrania. «Aunque con la guerra, los jóvenes de la Iglesia rusa no han podido venir», lamenta.

Vienen jóvenes sin parroquia

Aunque Miriam Blanco ya participó seis años consecutivos en los encuentros europeos de Taizé en Riga, Basilea, la propia Madrid, Breslavia y Turín, no había pisado hasta ahora la comunidad en Francia, donde unos 80 religiosos católicos y protestantes —principalmente luteranos, calvinistas y anglicanos— rezan juntos. «Esto te lleva a conocer la Iglesia no solo de Madrid, también la universal y el resto de confesiones cristianas», valora Blanco. A su juicio, la peregrinación que organiza —y que está viviendo en primera persona— servirá a los chavales a «darnos cuenta de que no estamos solos y que hay mucha gente diferente de la que también somos hermanos».

A diferencia de esta comunidad ecuménica que encabeza un prior anglicano —el hermano Matthew— en el grupo que ha congregado la Deleju todos son católicos, pero igualmente es muy variado. Cuenta con dos consagrados mexicanos —un agustino y una josefina—, un cubano implicado en voluntariado y dos grupos multitudinarios de las parroquias de Santa Teresa Benedicta de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús, en el municipio de Tres Cantos. De Moratalaz vienen «jóvenes adultos» vinculados a las comunidades de Nuestra Señora de Moratalaz, Nuestra Señora de Belén y la Natividad de Nuestra Señora. Otros pertenecen a las parroquias del Padre Nuestro, San Germán, San Juan Bautista y Nuestra Señora del Buen Suceso. Aunque lo más llamativo es que «vienen unos cuantos jóvenes sin parroquia que están interesados en la actividad», cuenta. Es una de las oportunidades que brinda Taizé, pues tiene un tremendo poder de convocatoria entre las personas en búsqueda que pueden vincularse después a las parroquias de sus barrios una vez finalizada la peregrinación.

El hermano Cristian dice que «a la comunidad nos gustaría que cada joven, desde su origen y tradición cristiana, sienta que esta experiencia le ayudó a vivir su fe». «Ojalá pueda asumir después un compromiso en su Iglesia local como animador de grupo», desea. Considera que «hay muchos jóvenes con dones que podrían ofrecer allá donde vayan» si se proponen peregrinaciones a esta comunidad ecuménica o a otros lugares como el Camino de Santiago o la Javierada. «Depende de cómo los acompañemos, si estamos atentos a lo que va pasando y les damos tiempo», aconseja.

El arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, participa ya desde el miércoles pasado de esta peregrinación. Miriam Blanco cuenta que ha sido precisamente la insistencia del cardenal la que ha llevado a la Deleju a «ponerlo todo de nuestra parte» y organizar la experiencia, pues «a él le gusta y ha ayudado mucho en su difusión, porque piensa que es un bien para los jóvenes de Madrid». La responsable revela además que «por aquí es conocido», y los religiosos con los que ha charlado le han preguntado mucho por él.

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