En camino por Roma con san Pedro y san Pablo - Alfa y Omega

En camino por Roma con san Pedro y san Pablo

La diócesis de Roma traza dos rutas con lugares vinculados a los santos, que la Iglesia festeja el 29 de junio. Los peregrinos recibirán una piedra bendecida por el Papa

Victoria Isabel Cardiel C.
Estatuas de san Pablo y san Pedro en la plaza de San Pedro del Vaticano. Fotos: Morten Oestergaard Pedersen y CNS.

Pedro era un rudo pescador, sin formación intelectual y con las manos llenas de cayos por el estriegue de las redes que empleaba a diario en el lago de Galilea. En cambio, Pablo de Tarso era un intelectual refinado y viajador infatigable que solía tomar nota de todo lo que ocurría a su alrededor. A él le debemos, de hecho, la mitad de los textos del Nuevo Testamento. Los dos apóstoles llegaron por separado a la Roma pagana dos décadas después de su muerte y cuajaron en poco tiempo la identidad de una iglesia naciente a la sombra del Imperio romano. Como muchos de los primeros cristianos, perecieron en los tráfagos de la persecución implacable de Nerón tras ser martirizados el mismo día. Pero la impronta que dejaron esculpida en el trasiego de las vías romanas sigue viva. La diócesis de Roma se ha preocupado de reconstruirla con dos rutas con etapas que recorren las peripecias de estos dos santos de temperamentos contrapuestos que la Iglesia festeja cada 29 de junio.

La iniciativa surge con el «objetivo de devolver a Roma a sus patronos, como una presencia más encarnada en sus calles. Son dos caminos urbanos paralelos —uno de 13,6 kilómetros y el otro de 7,1 kilómetros— con paradas en los lugares más significativos para la historia de san Pedro y san Pablo, pivotes de la teología cristiana», asegura Francesco Sortino, coordinador del proyecto Quo Vadis. La ruta se estrena este sábado, pero su objetivo es consolidarse para el Jubileo del 2025.

El nombre recoge la frase que san Pedro dirigió a Jesús cuando se le apareció mientras corría acobardado, preparado para abandonar la ciudad. De hecho, la iglesia romana Quo Vadis, que conmemora este episodio, es uno de los puntos del camino que los peregrinos recorrerán tras las huellas de san Pedro. Otro es la archiconocida iglesia de San Pietro in Vincoli, que custodia las cadenas con las que le ataron en Jerusalén. Según la tradición, la emperatriz Eudoxia, esposa del emperador Valentiniano III, se las entregó como regalo al Papa León I y cuando este las comparó con las cadenas de su primer encarcelamiento en la cárcel Mamertina, ambas se fundieron milagrosamente. Precisamente en esa prisión, en cuyas celdas el jefe galo Vercingetorix fue estrangulado y el rey Yugurta murió de hambre, también pasaron san Pedro y san Pablo los días previos a su martirio.

Las rutas propuestas —que incluyen vistas gratis a los Foros Imperiales y el Coliseo— también proponen visitar lugares «que a menudo quedan fuera de los recorridos turísticos tradicionales». Un ejemplo es la iglesia de Santa Pudenziana, no lejos de la estación de Termini, que guarda en sus entrañas «uno de los más antiguos mosaicos que representa la ciudad ideal, entendida como la Jerusalén celestial que san Agustín describió en La ciudad de Dios». O la iglesia de Santa Francesca Romana, a dos pasos del Coliseo, donde la tradición asegura que san Pedro con su oración desacreditó a Simón el Mago al interrumpir su impostora levitación y hacer que se precipitase al suelo.

De la ruta dedicada a San Pablo –que pasa, obviamente, por la basílica que conserva sus restos mortales, San Pablo Extramuros— destaca la iglesia de Santa Prisca, construida sobre una antigua casa patricia, en la que el apóstol se reunía con sus amigos. «Queremos invitar a reflexionar sobre cómo vivían su fe las primeras comunidades cristianas en torno a las domus ecclesiae, es decir, a los hogares», sostiene el experto.

Los peregrinos contarán con un pasaporte que podrán sellar en cada etapa y «quienes completen cualquiera de las dos rutas recibirán una piedra, con la fecha de este año grabada y bendecida por el Papa, como símbolo de unión con el primero de los apóstoles». «Está inspirada en los sanpietrini de Roma», explica Sortino. Los recorridos convergen al final en el obelisco de la plaza de San Pedro, que Calígula hizo traer de Egipto y bajo el que se cree que fue torturado y crucificado del revés el apóstol a quien Jesús confió las llaves de su Iglesia.

San Pablo

1. Basílica de San Sebastián Extramuros

2. Basílica de San Pablo Extramuros

3. Iglesia de Santa Prisca

4. Basílica de Santa Francesca Romana (*)

5. Cárcel Mamertina (*)

6. Basílica San Marcos en Piazza Venezia (*)

7. Iglesia Santa Maria en vía Lata (*)

8. Basílica Santa Maria del Popolo (*)

9. Plaza de San Pedro. Obelisco (*)

San Pedro

10. Basílica de Santa Pudenziana

11. San Pietro in Vincoli