Cáritas Diocesana de Madrid celebra en la calle el Día de la Caridad
La entidad caritativa de la Iglesia informa a los madrileños sobre los proyectos que desarrolla y les ofrece la oportunidad de colaborar en la cuestación
Encontramos a Juan descansando en un cafetería del Barrio de las Letras abierta a la calle, con una 0,0 ya acabada, en un Madrid especialmente caluroso. Es el Día de la Caridad, jornada en la que Cáritas Diocesana de Madrid visibiliza, mediante la labor social que realiza, el amor de Dios a través de su Iglesia. Y esa Iglesia está representada este jueves —uno de los tres del año que relucen más que el sol— en Juan.
Como los niños pequeños, tiene calculadísimo lo que le queda para los 97 años: «13 días». Lleva desde 1992, cuando se jubiló, en Cáritas. Siempre, hasta este año que ha cambiado a la mesa de la parroquia El Salvador y San Nicolás, ha estado en la mesa del Alcampo de la avenida de la Albufera.
Con su chaleco identificativo, su bolsa en bandolera y la hucha bien cerquita, Juan explica que esto él lo hace «con mucha ilusión y mucho interés, porque a mí los pobres me llaman la atención, y por ellos hago lo que sea». Y apuntala: «Yo he sido y sigo siendo pobre; mantengo el espíritu pobre». Nos cuenta Juan, hoy rostro de cada uno de los más de 9.000 voluntarios de Cáritas, que el secreto para llegar a su edad tan bien —aunque «tengo la rodilla… pero así y todo sigo»— es «hacer algo por los demás, empezando por los más cercanos».
«Es estar activo, hacer felices a los que están a tu lado, luego a los vecinos, a los amigos, a los de tu parroquia». Y esto es lo que para él significa ser cristiano: «Seguir a Jesús, y seguirlo en los demás y, después, extenderlo». En resumen, «tener esa intranquilidad por los otros, y que el Espíritu Santo te dé fuerza para entregarte». Para eso, «hay que ser persona de oración, que es la que sostiene la fe», y la fe es una fe de obras.
—Juan, se irá a casa a descansar luego, ¿no?
—Sí, y por la tarde, a hacer la compra para mi mujer, que tiene alzhéimer.
«Lo importante es visibilizar la labor de Cáritas»
De Juan a Julia, la más joven de las voluntarias con la que hablamos. Estudiante de Economía, lleva un año yendo a acompañar a las mujeres del centro de día Concepción Jerónima de Cáritas Diocesana de Madrid. Hoy está en la mesa instalada en la parroquia San Ginés. Su primer Día de la Caridad. «Lo importante es visibilizar la labor de Cáritas», precisamente en una zona en la que, por ser especialmente turística, es más difícil recaudar dinero.
Lo mismo les pasa a los que están en la parroquia de Santiago, aunque ellos han buscado sus trucos. «Si hablas con un guía turístico y él traduce al grupo, siempre hay alguien que colabora». Precisamente quienes más han participado esta mañana en la cuestación de esta última mesa ha sido un grupo de chavales de un colegio de Madrid que estaban de visita turística. «Nos han echado las perrillas que llevaban encima», se sonríe Elena, que después de muchos años en la mesa destaca que «siempre hay gente muy generosa».
Quienes también se han buscado las mañas son Carmen y Carmen —«sí, las Cármenes», ríen—, que de la mesa de la colegiata de San Isidro se han trasladado hasta la salida de la famosa tienda Pontejos. «Estábamos en la entrada —donde se forman colas, por cierto—, pero nos han recomendado que nos pusiéramos aquí porque la gente sale con las vueltas en la mano». Una estrategia que les da fruto, «no vamos mal». Tan animadas están que «fíjate que voy a ir a ponerles una pegatina [la que colocan a los donantes] a los guardias civiles». Y cabecea hacia los agentes apostados a las puertas de la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid, a escasos pasos de la tienda.
«Hay gente que te mira del revés, pero como el dinero no es para nosotras, pues pedimos con más ganas; y luego hay gente encantadora, que te viene a buscar». Como Nuria, que echa en la hucha «porque sé que hacen un buen trabajo de siempre». O como Valeria, a la que habíamos encontrado en San Ginés junto a un grupo de amigas de visita cultural, que también tiene la certeza de que «con su labor ayudan a los más necesitados; un día al año das algo de ti para los demás». O aquellos que nos cuenta Paco, en Santiago, que «los más generosos» eran empleados del Día que hay justo enfrente, migrantes; porque, decían, «como me ha ayudado mucho Cáritas…».
Cerca de 120.000 atendidos en 2023
Todas estas mesas son solo algunas de las 500 que Cáritas Diocesana de Madrid ha instalado por toda la diócesis este 30 de mayo. Más de 5.000 personas participarán en este día en las mesas, siguiendo la llamada del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid: «Exponeos cuando salgáis a las calles en el Día de la Caridad. Exponerse es preguntarse qué le va a pasar a esta persona si no hago nada; es lo contrario a cerrarse, a esconderse a callar».
Cáritas celebra así el Día de la Caridad el jueves de la semana del Corpus Christi, este año con el lema Juntos abrimos camino a la esperanza. El objetivo de la entidad es, además de dar a conocer el amor de Dios, informar sobre los proyectos que desarrolla Cáritas y ofrecer la oportunidad de que los ciudadanos colaboren en la cuestación.
Cerca de 120.000 personas fueron atendidas en 2023 por la entidad de la Iglesia, según los datos presentados el pasado martes, 28 de mayo, en rueda de prensa. La vivienda sigue siendo, al igual que en años precedentes, uno de los principales problemas, situándose como principal factor de exclusión social en la diócesis. De hecho, el 59 % de las ayudas directas entregadas (32.000 por un importe de más de 8,5 millones de euros) ha sido para la cobertura de necesidades relacionadas por la vivienda.
En términos globales, la entidad de la Iglesia invirtió el año pasado en los más necesitados casi 37,5 millones de euros: el 85 % proveniente de aportaciones voluntarias; el 1 % del IRPF y el 14 % de las subvenciones de la Administración Pública. Además, hubo 17.845 personas donantes y 9.157 voluntarios.
Como viene siendo habitual desde la pandemia, las aportaciones en el Día de Caridad se pueden hacer a través del Bizum 33645, con un código QR que está colocado en todas las mesas. La semana del Corpus Christi concluirá el domingo 2 de junio, con una solemne Eucaristía en la catedral, a las 12:00 horas, presidado por el cardenal Cobo, y la procesión con el Santísimo en la custodia, a las 19:00 horas.