Encontrando el norte
Mohamed, que apenas supera los 20 años, se gana la vida como fontanero. Aprendió el oficio en un centro de Norte Joven, una asociación sin ánimo de lucro nacida hace poco más de tres décadas en el barrio madrileño de Fuencarral. «Cuando entráis aquí pensáis que venís para sacaros la ESO y ya está, pero en realidad os estáis llevando una formación y una posibilidad de tener trabajo como yo», reconocía a un grupo de estudiantes que ahora llenan las aulas que antes ocupó él mismo.
En la mayoría de casos, son chicos en situación de vulnerabilidad, cuyo camino ha estado marcado por el fracaso escolar, la falta de cualificación y el desempleo. En los tres centros de Norte Joven, situados en Fuencarral-El Pardo, Alcobendas y Villa de Vallecas, encuentran una nueva oportunidad para «sacar lo mejor de sí mismos y sentirse verdaderos protagonistas de su vida». Descubren un oficio, como camarero de sala, carpintería, cocina, comercio, electricidad o fontanería; obtienen el graduado de Educación Secundaria, y reciben formación complementaria para un mayor desarrollo personal y social.
«Les digo que sean honrados consigo mismos y con el trabajo; que den el cien por cien, que intenten aprender en cada trabajo», detalla uno de los maestros de taller en un vídeo promocional de la asociación. «Si quieres hacer las cosas, puedes», añade un docente voluntario. No son frases huecas ni ocurrencias del responsable de comunicación de turno para vender el proyecto; son ejemplo del pequeño milagro que cada día se cocina entre fogones… pizarras, tablas de madera y tuberías.
Tuve la suerte de conocer esta realidad muy de cerca hace ocho o nueve años, como voluntario en uno de los centros. Todavía recuerdo cómo a las personas implicadas en el proyecto se les iluminaba la cara a la hora de hablar de los avances de fulanito o cómo torcían el gesto al analizar los problemas de menganito. Estaban al lado de sus alumnos, no miraban su pasado, sino su presente; seguros de que, con un poco de ayuda y esfuerzo, quien nunca ha tenido oportunidades puede tenerlas. Porque, aunque algún día anduvieran desnortados, Mohamed, Sonia, Jesús, David o cualquiera de los alumnos que están por llegar, tienen mucho futuro. Más información en www.nortejoven.org.