El Papa se reúne este sábado con más de 300 médicos de familia para reivindicar el papel de la atención primaria
Francisco ha denunciado que la figura del doctor de cabecera casi ha desaparecido, poniendo en riesgo «la buena calidad de los servicios territoriales sanitarios»
El Papa se reúne este sábado con más de 300 médicos de familia procedentes de varios continentes y promotores de la campaña ¡Gracias, doctor!, que ya ha recibido la adhesión de más de un millón de personas con el objetivo de reivindicar la atención primaria en los sistemas sanitarios y en la sociedad. Según han informado en un comunicado sus organizadores, la campaña es una iniciativa global que busca poner en valor «el papel humanizador que desempeña en el sistema de salud y en la sociedad el médico primario, también conocido como médico de familia».
El proyecto, que se lanzó el pasado 16 de noviembre en el Vaticano, ha recogido el apoyo de algunas de las asociaciones médicas más representativas, así como de instituciones de la sociedad civil. Cuenta ya con la adhesión de más de un millón de personas. Surgió por iniciativa de la asociación médica sin ánimo de lucro SOMOS Community Care, de Nueva York, en colaboración con la Academia Pontificia para la Vida, institución de la Santa Sede que reúne a académicos por sus conocimientos y excelencia profesional, sin discriminación de origen geográfico o religioso. En ella participan también diversas asociaciones como la Unión Europea de Médicos Generales y de Familia (UEMO), el Colegio de Médicos de Italia, la NYS Academy of Family Physicians, la Federación de Médicos Católicos del Mundo, el World Council for Health y el Journal of Research & Applied Medicine.
Las instituciones han firmado la Declaración por el redescubrimiento del médico de familia, en la que hacen un llamamiento a todos los agentes sociales y políticos «para que unan sus fuerzas y pongan nuevamente en el centro de nuestros sistemas de salud la relación entre el médico y el paciente». Al mismo tiempo, reconocen el papel que día a día desempeñan, en los cinco continentes, millones de médicos «que no solo constituyen la primera línea de nuestros sistemas sanitarios, sino que en ocasiones van mucho más allá, convirtiéndose en los “buenos samaritanos” de toda persona».
El presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Vincenzo Paglia, aplaude en el texto esta referencia a los médicos como buenos samaritanos, pues «es sin duda un título que los honra, pero sobre todo los hace responsables ante la humanidad necesitada de cuidados», asegura. Además, considera que es «verdaderamente indispensable» redescubrir la relación entre el médico y el paciente «como corazón de la medicina». «La medicina no puede reducirse a recetas o a tecnologías, por más sofisticadas que sean, pues el hombre y la mujer nunca pueden ser considerados únicamente por su enfermedad», indica el arzobispo italiano.
Francisco se ha pronunciado en varias ocasiones denunciando que la figura del médico de familia casi ha desaparecido. Asimismo ha señalado el riesgo que supone descuidar «la buena calidad de los servicios territoriales sanitarios» o que estos resulten «tan burocratizados e informatizados que las personas ancianas o poco formadas se encuentren de hecho excluidas o marginadas», tal y como declaró el pasado 14 de noviembre de 2022.
Por su parte, el presidente de SOMOS Community Care, el doctor Ramón Tallaj, uno de los promotores del encuentro con el Pontífice, explica que «el médico de familia contribuye a fundamentar el sistema sanitario en la prevención». Así, «cuando la relación médico-paciente se pierde o quiebra, el sistema sanitario queda condenado a intervenir únicamente cuando la situación del paciente ya ha degenerado, con costes humanos y sociales altísimos».
«Es trágico que al final optemos por crear un sistema en el que los pacientes son destinados a un complejo médico, un edificio anónimo, en el que no se ha dado la relación médico-paciente, y en el que el paciente desconfía del papel del médico», señala el doctor Tallaj. «Esto nos ha llevado a desconocer el papel del médico de familia y a reemplazarlo por un edificio, al que se le llama hospital».
«Es trágico que al final optemos por crear un sistema en el que los pacientes son destinados a un complejo médico, un edificio anónimo, en el que no se ha dado la relación médico-paciente, y en el que el paciente desconfía del papel del médico», lamenta este profesional sanitario. «Esto nos ha llevado a desconocer el papel del médico de familia y a reemplazarlo por un edificio, al que se le llama hospital».
«El mundo sin doctores se deshumanizaría», ha manifestado además. «Los médicos superan las ideologías y las divisiones, porque atienden a la persona humana y defienden su dignidad».