Los religiosos españoles apuestan por las mesas sinodales para hablar de autoridad y obediencia
CONFER aborda en su Asamblea General la relación entre dos dimensiones de la vida consagrada «que configuran y dan personalidad a nuestra misión»
«Autoridad y obediencia son dos términos en revisión a la hora de profesar nuestros votos religiosos que nos abren a una nueva comprensión de nuestra propia vocación», han afirmado este martes Jesús Díaz Sariego y Lourdes Perramon, presidente y vicepresidenta de CONFER, en la apertura de su Asamblea General que se celebra esta semana en Madrid.
Durante tres días, los superiores mayores de las congregaciones religiosas de toda España abordarán sus inquietudes en torno al lema ¿Quién manda aquí? Corresponsabilidad y obediencia. Tras la celebración de la Eucaristía presidida por el presidente de la CEE, Luis Argüello, los responsables de CONFER han señalado que ambas dimensiones de la vida consagrada «configuran y dan personalidad a nuestra misión y nos otorgan, además, una identidad en nuestra razón de ser y en nuestra forma de organizarnos». En su opinión, «la obediencia que brota de una autoridad corresponsable nos lleva a servir más y mejor a los hombres y mujeres de nuestro tiempo».
Sin embargo, «somos conscientes de los desafíos» que presenta esta relación, han añadido, pues la vida religiosa se encuentra «en un contexto social de crisis de lo institucional y en un momento de profunda transformación». Ello exige «un modo maduro de relacionarnos», pues un uso no adecuado de la autoridad «podría llevarnos a desvirtuar su razón de ser».
El nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, ha señalado en la inauguración de la asamblea General de CONFER que la vida religiosa «no puede vivirse sin un sentido de obediencia que traspasa lo meramente práctico y funcional en la vida comunitaria». Por ello, la relación entre corresponsabilidad y obediencia constituye «una dimensión fundante» de la «construcción de la vida comunitaria» y de «la misión común que perpetúa el carisma específico»; de ahí que haya podido a los presentes «no tropezar» con una «desconexión de la realidad» que pueda «desviar al superior y a los miembros de una comunidad de la clave del sentido del servicio».
Por otra parte, obedecer conlleva «el gesto y la acción de escuchar de forma adecuada, interactiva y corresponsable», han señalado Perramon y Díaz Sariego, lo que se logra «profundizando en el necesario contraste de la diversidad de opiniones y perspectivas», así como «percibiendo el fondo de verdad que tiene cada uno». Ello se concreta en el voto de obediencia que realizan los consagrados, que conforma «un compromiso inherente a la escucha que nos capacita para relativizar lo propio en favor del bien común».
Por todo ello, los diversos carismas que configuran la vida religiosa en España «tienen que hacer el doble ejercicio de escucharse más entre ellos, y escuchar juntas y juntos la voz de Dios para nuestro tiempo», han destacado los responsables de CONFER. La metodología para conseguirlo consiste en «hacer un buen trabajo sinodal entre nosotros». Por ello, durante estos días trabajarán «en una disposición sinodal», con los superiores y superioras de las congregaciones dialogando «alrededor de unas mesas, para la escucha mutua, el diálogo compartido, la reflexión y el discernimiento juntos», al igual que se hizo en la última Asamblea del Sínodo, en octubre pasado. Con este modelo de trabajo abordarán los tres temas en torno a los que gira la Asamblea General: la relación con el mundo de hoy, las experiencias intercongregacionales y la colaboración entre congregaciones para la atención de los religiosos mayores.
«El mundo de hoy quiere escuchar la voz única de la vida religiosa, más allá del carisma concreto que encarne», han concluido los responsables de CONFER. La sociedad necesita «a una Iglesia que, desde la diversidad y legítima pluralidad, es capaz de armonizar de forma polifónica el canto del Evangelio».