El Papa pide valor a los gobernantes «para abrir puertas de paz»
En el Regina caeli ha recordado que el Espíritu Santo puede crear armonía entre las naciones incluso cuando hay conflicto
El sol no ha acompañado esta vez durante el rezo del Regina caeli pero, pese al mal tiempo, la plaza de San Pedro se ha vuelto a llenar de fieles y peregrinos para acompañar al Papa en esta fiesta de Pentecostés. Precisamente, en sus llamamientos, el Pontífice ha recordado que el Espíritu Santo es el que crea armonía entre distintas realidades, «incluso conflictivas» entre sí. Esta explicación ha servido a Francisco para pedir armonía en las familias, en la sociedad y en el mundo entero.
Ha rogado en particular al Espíritu Santo que «dé los gobernantes el valor de cumplir gestos de diálogo que conduzcan a poner fin a las guerras». Un domingo más ha recordado la de Oriente Medio y la de Ucrania, especialmente, el asedio ruso sobre la ciudad de Járkov. «Pensemos en tantos lugares donde hay guerra… que el Espíritu lleve a los responsables de las naciones, a todos nosotros, a abrir puertas de paz», ha deseado el Papa.
También ha rememorado su visita del pasado sábado a Verona. Ha recordado con especial cariño su encuentro con los internos de la prisión de Montorio, «que me han demostrado que, detrás de los muros de la cárcel, late vida, humanidad y esperanza», ha dicho, sin olvidarse de dar gracias a todo el personal penitenciario por su labor.
Desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ha saludado a numerosos grupos este domingo. Entre ellos, uno de Timor Oriental. «Os iré a ver pronto», ha comentado Francisco haciendo alusión a su gira asiática de septiembre que incluye este país de mayoría católica.
Decir buenas palabras es más fácil que insultar
En la catequesis previa a la oración mariana, el Santo Padre ha reflexionado sobre el Espíritu Santo como el amor entre el Padre y el Hijo que se expresa con hermosas palabras. «Palabras que nos permiten conocer una relación bella, luminosa, concreta y duradera como es el amor eterno de Dios», ha destacado. «Las palabras transformadoras del amor que el Espíritu Santo repite en nuestro interior, y que nos hace bien escuchar, porque hacen nacer y crecer en nuestro corazón los mismos sentimientos y los mismos propósitos. Son palabras fecundas», ha añadido el Papa. Francisco ha vuelto a recomendar llevar un Evangelio de bolsillo para que nos nutramos constantemente de estas palabras en cualquier momento y lugar.
Porque «la Palabra de Dios hace callar nuestro palabrerío superficial y nos hace decir palabras serias, hermosas, alegres». Así, el Papa también ha invitado a practicar la oración de adoración para descubrir estas palabras y poder llevarlas a los demás. «Leer y meditar el Evangelio, rezar en silencio, decir palabras buenas; no son cosas difíciles, todos podemos hacerlo. Es más fácil que insultar o enfadarse», ha concluido el Santo Padre.