Los tanques de Israel entran en Rafah y arrinconan a miles de gazatíes
La invasión de la ciudad del sur de Gaza ha dejado al menos 35 palestinos muertos en las últimas 24 horas y más de 129 heridos
Después de que el pasado lunes Israel llamara al desalojo inminente de la ciudad fronteriza de Rafah, al sur de Gaza, el primer ministro Benjamin Netanyahu no ha dudado en llevar a cabo la ofensiva israelí que llevaba anunciando desde febrero para tomar, según las Fuerzas de Defensa de Israel, «el último bastión estructural que queda de Hamás» y el único paso no controlado hasta ahora por Tel Aviv.
Ya en la noche del lunes se intensificaron los bombardeos sobre Rafah, dando paso el martes a la entrada de tanques israelíes por esta frontera, que fue anunciada como «zona segura» por las autoridades israelíes y, sin embargo, se ha convertido en una cárcel para más de un millón de palestinos que se refugiaban de los ataques en otras partes de la Franja. De hecho, ya en enero, las Naciones Unidas afirmaron que «no había ningún lugar seguro» en Gaza. Según ha informado EFE, estos ataques israelíes en Rafah han dejado al menos 35 palestinos muertos en las últimas 24 horas y más de 129 heridos.
«Un asalto a Rafah sería un error estratégico, una calamidad política y una pesadilla humanitaria», vaticinó este martes el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. Con esta invasión, el Ejército israelí ha logrado ya el control de todos los accesos y, de momento, no permite que entre ningún tipo de ayuda humanitaria. Sobre esto, el portavoz de la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas, Jens Laerke, ha confirmado que las fuerzas israelíes han cerrado completamente el cruce fronterizo de Rafah tras tomar el control militar.
«Con Israel bloqueando la entrada de ayuda, combustible y bienes a través de los pasos de Rafah y Kerem Shalom, los esfuerzos humanitarios para salvar vidas serán todavía más difíciles», ha denunciado Intermón Oxfam. Su director, Franc Cortada, ha asegurado que «cualquier afirmación que se haga ahora de que los civiles serán evacuados de forma segura ha perdido credibilidad».
En estos siete meses de guerra, el número de muertos ha ascendido a casi 35.000 personas y más de 78.000 heridos, según EFE. Sin embargo, para Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, esta incursión por el paso de Rafah «no le interesa a Israel que se alargue mucho». Opina que «esto dará paso a un plan de estabilización de Gaza».
Este experto explica asimismo que en la sociedad israelí gana peso la postura que quiere dar prioridad a la liberación de los 130 rehenes que aún quedan en manos de Hamás, frente al cada vez menor número de personas que da más importancia al éxito de la operación militar. «La sensación que hay dentro de Israel es que estas operaciones están costando mucho dinero y que la imagen internacional del país se está viendo dañada», sin haber logrado la liberación más que de un rehén; mucho menos que los que han sido puestos en libertad mediante negociaciones.
En conversación con Alfa y Omega, recuerda que ahora mismo el papel de la comunidad internacional debe ser forzar una negociación y «ser garante del respeto mutuo y la supervivencia de ambas entidades». «La crudeza de la guerra probablemente dará lugar a que las partes moderadas de ambos bandos se den cuenta de que la única salida es una negociación, un reconocimiento mutuo, un deseo de vivir en paz», asegura Priego con más optimismo que las organizaciones humanitarias.
¿Fin del envío de armas a Israel?
Este martes, la organización Human Rights Watch (HRW) exigía al Gobierno estadounidense cesar su apoyo militar y la venta de armamento a Israel, después de que se haya demostrado que este arsenal ha sido utilizado en bombardeos contra civiles y trabajadores humanitarios. «Creo que es hora de dejar de exportar armas a Oriente Medio, a Israel y a los países beligerantes. Me gustaría hacer un llamamiento a los Estados miembros y a la comunidad internacional para que dejen de exportar armas inmediatamente», expresó la ministra belga de Cooperación al Desarrollo.
A pesar de que la Casa Blanca sigue sosteniendo su apoyo «férreo» a la nación israelí, según la agencia Reuters, la administración de Joe Biden paralizó la semana pasada un envío de 3.500 bombas a Israel como protesta ante las maniobras de invasión de la ciudad de Rafah. Sin embargo, y aunque funcionarios estadounidenses han hecho declaraciones anónimas a AP y AFP sobre retrasos en los envíos y la preocupación sobre este tema, el Pentágono declaró el lunes que no se ha tomado ninguna decisión política sobre el suministro de armas a Israel.