Los obispos europeos reprueban que la UE quiera incluir el aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales
«La promoción de la mujer y de sus derechos no está relacionada con la promoción del aborto», aseguran en un comunicado
La senda de territorios que quiere imitar a Francia tras la inclusión del aborto el mes pasado como un derecho blindado en su Constitución va en aumento. En España, Sumar, el partido minoritario de la coalición gobernante, anunció el pasado 6 de marzo su intención de «abrir el debate social» sobre este asunto, aunque sus socios socialistas ya han dejado claro que no lo apoyarían.
El próximo 11 de abril, la Unión Europea votará que esta práctica se incluya también en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Si bien esta decisión, de aprobarse, no tendría ningún efecto legal, las consecuencias de consagrar en la ley fundamental del viejo continente el aborto serían catastróficas.
Por ello, los obispos del viejo continente han mostrado su rechazo en un comunicado publicado este martes —dos días antes de la votación— al asegurar que la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE «no puede incluir derechos que no son reconocidos por todos y son divisorios». «No existe un derecho reconocido al aborto en el Derecho europeo o internacional, y la forma en que se trata esta cuestión en las Constituciones y Leyes de los Estados miembros varían considerablemente», han señalado.
De hecho, en la Unión Europea conviven situaciones muy dispares respecto al aborto. En España, cualquier mujer mayor de 18 años puede interrumpir por su propia voluntad un embarazo durante las primeras 14 semanas de gestación. En el otro extremo, Polonia y Hungría lideran las leyes más restrictivas; y, en Italia, por ejemplo, se ha tratado de fomentar la objeción de conciencia de médicos.
«La Unión Europea debe respetar las diferentes culturas y tradiciones de a los Estados miembros y a sus competencias nacionales. La Unión Europea no puede imponer a los demás, dentro y fuera de sus fronteras, posiciones ideológicas posiciones sobre la persona humana, la sexualidad y el género, el matrimonio y la familia, etc.», han señalado a este respecto.
Por otro lado han señalado que el aborto no tiene nada que ver con «la promoción de la mujer y de sus derechos».
Es más, han asegurado que facilitar el aborto «va en dirección contraria a la promoción real de mujeres y sus derechos».
«Trabajamos por una Europa donde las mujeres puedan vivir su maternidad libremente y como un regalo para ellas y para la sociedad y donde ser madre no sea en ninguna manera una limitación para la vida personal, social y profesional», han subrayado.
Los obispos han incidido también en el que el aborto «nunca puede ser un derecho fundamental». «El derecho a la vida es el pilar fundamental de todos los demás derechos humanos, especialmente el derecho a la vida de los más vulnerables, frágiles e indefensos, como el niño no nacido en el vientre de la madre, el emigrante, el anciano, la persona con discapacidad y los enfermos», han explicado.
Asimismo se han hecho eco del nuevo documento elaborado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, publicado este lunes que identifica el aborto, la eutanasia o la ideología de género como amenazas a la dignidad humana.
Para el episcopado de Europa —tal y como señala la declaración Dignitas infinita, firmada por el prefecto del Dicasterio, el teólogo y cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, y, aprobada por el Papa el pasado 25 de marzo— debe afirmarse «con toda fuerza y claridad, incluso en nuestro tiempo, que esta defensa de la vida por nacer está estrechamente vinculada a la defensa de todos y cada uno de los demás derechos humanos».
Finalmente han defendido que el ser humano «es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa del desarrollo».