«Unámonos para apagar el fuego del odio», propuesta de la Iglesia en su mensaje por el Ramadán

«Unámonos para apagar el fuego del odio y de la violencia y encender la dulce vela de la paz». Este es el llamamiento del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso a los musulmanes en el mes de Ramadán. La invitación, también dirigida a los cristianos, propone formar las conciencias para respetar la sacralidad de la vida de cada persona.

El mensaje de «cercanía y amistad» difundido este viernes, 15 de marzo, parte de la constatación de un aumento «realmente alarmante» de los conflictos. El texto se centra en las causas, identificando como motivo principal la continua producción y comercio de armas junto con el «perenne deseo humano de dominación, las ambiciones geopolíticas y los intereses económicos». Hay quienes sufren mucho y hay quienes se alegran «cínicamente del gran beneficio económico que se deriva de este comercio inmoral».

El cardenal Ayuso Guixot e Indunil Kankanamalage, prefecto y secretario del dicasterio, firman el mensaje y subrayan que «el deseo de paz y de seguridad está profundamente arraigado en el alma de toda persona de buena voluntad». Destacan la preocupante situación de los desplazados y refugiados y reiteran que «toda guerra es fratricida, inútil, sin sentido y oscura. En la guerra todos pierden».

En el mensaje de Ramadán, los responsables del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso recuerdan que todas las religiones consideran la vida humana sagrada y, por tanto, digna de respeto y protección. Y agradecen que cada vez haya menos estados que permitan y practiquen la pena capital. De ahí el llamamiento a la conciencia, que debe ser entrenada «para respetar el valor absoluto de la vida de cada persona y su derecho a la integridad física, a la seguridad y a una vida digna». Este camino contribuirá a la «condena y al rechazo de la guerra».

También los obispos españoles

El presidente de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones interconfesionales y el Diálogo interreligioso de la Conferencia Episcopal Española, Ramón Valdivia, también ha enviado a las comunidades de musulmanes de España un mensaje en su festividad de Ramadán «valorando el testimonio de fe que ofrecéis a la sociedad española a través de la práctica del ayuno, la oración y la limosna», signos de «contradicción en medio de una sociedad afectada por la secularización y la increencia que ofrecen un sentido trascendente de la vida».

Haciendo alusión al mensaje vaticano, Valdivia recuerda que «nuestras dos religiones contienen inmensos recursos para promover la paz y cada una, a su manera, consideran la vida humana sagrada y, por tanto, digna de respeto y protección», y propone elevar «una petición común a Dios por el fin de los conflictos» y el compromiso de «ahondar en la sabiduría de nuestras tradiciones religiosas para encender la antorcha luminosa de la paz».

Una vez más, «dando continuidad a las relaciones fraternas que se van consolidando entre nuestros fieles, os invitamos a colaborar en todo aquello que favorezca el bien común». El responsable del diálogo interreligioso del episcopado español propone que «no nos cansemos de trabajar conjuntamente en la educación y formación de las nuevas generaciones para que pueda consolidarse la cultura del encuentro y del diálogo», lo que requiere «estar atentos, unos y otros, para evitar y denunciar cualquier atisbo de discurso de odio, faltas de respeto a los sentimientos religiosos o la violación del derecho a la libertad religiosa».