Los coptos ortodoxos pausan el diálogo con los católicos tras Fiducia Supplicans
Es una suspensión aparentemente temporal de un aspecto de la relación, pero no una ruptura total
Hace menos de un mes la Iglesia católica conmemoró en la basílica de San Pedro a los 21 mártires coptos de Libia, asesinados por el autoproclamado Estado Islámico en 2015, en una emotiva ceremonia que puso el broche de oro al diálogo interreligioso entre ambas confesiones cristianas. El año pasado el Papa decidió incluir a estos 20 egipcios y un ghanés, degollados en la playa de Sirte, Libia, en el Martirologio Romano.
Sin embargo, esta victoria ecuménica ha quedado ensombrecida por la decisión de los coptos de suspender de forma temporal el diálogo teológico con Roma.
En un comunicado difundido el pasado 7 de marzo tras el Sínodo que celebró esta rama de la confesión cristiana, la Iglesia copta dejó claro su «firme posición de rechazo» ante todas las formas de relaciones homosexuales, porque «violan la Sagrada Biblia y la ley por la que Dios creó al hombre varón y mujer, y considera que cualquier bendición, sea del tipo que sea, para tales relaciones es una bendición para el pecado, y esto es inaceptable».
Por eso la Iglesia copta decidió «suspender el diálogo teológico con la Iglesia católica, reevaluar los resultados que el diálogo ha obtenido desde su inicio hace veinte años, y establecer nuevas normas y mecanismos para que el diálogo siga adelante».
La decisión de detener, al menos por el momento, el diálogo teológico es por tanto una respuesta a la declaración Fiducia Supplicans: Sobre el significado pastoral de las bendiciones, publicada el 18 de diciembre por el prefecto del Dicasterio Vaticano para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández.
El Vaticano ha esclarecido en varias ocasiones que la doctrina tradicional de la Iglesia católica sobre el matrimonio permanece intacta y además en el documento se ha invitado a los sacerdotes a usar la prudencia en las bendiciones «de aquellas personas que, aunque en una unión que no puede compararse en modo alguno a un matrimonio», desean encomendarse a Dios con una bendición.
El documento ha levantado ampollas en la Iglesia católica hasta el punto que algunas conferencias episcopales de África hicieron saber que no podrían aplicar «sin escándalo» las bendiciones a las parejas del mismo sexo. En todo caso, la Iglesia ortodoxa copta de Alejandría no es la primera comunidad eclesiástica de Oriente que muestra su aversión a la declaración Fiducia Supplicans.
La Comisión Bíblico-Teológica Sinodal del Patriarcado de Moscú —la cúpula de la Iglesia ortodoxa rusa— también se pronunció sobre el documento vaticano el pasado 20 de febrero, cuando afirmó que «esta innovación refleja un brusco alejamiento de la enseñanza moral cristiana». Además, el metropolita Hilarión Alfeyev de Budapest, jefe de la comisión que estudió Fiducia Supplicans, señaló que había recibido el documento del Vaticano como «una especie de shock».
Sin embargo a pesar de las críticas, el Papa ha defendido a capa y espada el documento. En una entrevista con la revista italiana Credere, que se publicó el 8 de febrero, el Papa deploró que hubiera gente que se escandalizase porque se hubiera permitido la bendición a las parejas en irregularidad canónica, incluidos las homosexuales, y en cambio no lo hagan cuando se bendice a un «empresario que explota a la gente».
«Nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que explota a la gente…. mientras que se escandalizan si se la doy a un homosexual. Eso es hipocresía. Todos debemos respetarnos. Todos. El núcleo del documento es la «bienvenida»», señaló entonces el pontífice.