El rey Felipe VI vuelve al Cristo de Medinaceli por primera vez desde la pandemia
Durante todo el viernes se están celebrando 25 Misas en la basílica madrileña. El cardenal Cobo la presidirá a las 19:00 horas
El Señor de Madrid recibe hoy en su casa. Baja de su camarín para acercarse al pueblo de Madrid y en general a todas las gentes, porque cada vez son más los que vienen de fuera en peregrinación, de todas las comunidades autónomas. «Te bajas a Neptuno y autobuses hay a patadas», nos cuenta un hermano de la Archicofradía de Jesús de Medinaceli que realiza labores de orden.
A las 00:00 horas del viernes 1 de marzo, primero de mes, se abrían las puertas de la basílica para que todos los devotos pudieran besar los pies de una talla que ha suscitado la veneración pública desde hace siglos. Fue rescatada por los trinitarios en Fez (Marruecos) en 1682 y, aunque ha estado sometida a los vaivenes sociales y políticos de las distintas épocas, desde 1941, cuando regresó a España de Ginebra —donde estuvo oculta los años de la Guerra Civil—, su presencia no ha dejado de crecer.
A ella se han acercado en la mañana de este viernes miles de personas. Como Petra, que hace 50 años que viene. Sus bodas de oro. Pero también ha querido visitarlo el rey Felipe VI. Primera vez desde la pandemia, porque en este tiempo ha sido la reina Sofía la que ha mantenido esto que ya es una tradición en la Casa Real.
Con la medalla de la Archicofradía de Jesús de Medinaceli al cuello, Su Majestad ha estado unos minutos ante la imagen, en actitud recogida. A las puertas del templo ha sido recibido por el padre Banjamín Echevarría, director espiritual de la archicofradía y superior de la comunidad de capuchinos que atiende el templo. También ha saludado a Miguel Ángel Izquierdo, vicehermano mayor, y a todos los que coreaban su nombre y lanzaban vivas.
Menos gente
Reyes y pueblo a los pies de Jesús de Medinaceli, porque esta fiesta une a todos. «Es la popular de Madrid», cuenta Echevarría. «La gente se sigue acercando y pidiéndole salud, trabajo y paz, tanto dentro de las familias como en el mundo donde vivimos». La noche ha sido destemplada, fría y con viento en Madrid. Quizá por eso se ha apreciado menos gente que otros años a primera hora.
A Pili, una devota, le queda por delante al menos una hora y media de cola. El tiempo de «un café con amigas de esos de hacer terapia». Es de Valdemoro y viene por primera vez a ver a Jesús. «Me enteré por internet, ¡pero no sabía que había tanta gente!». Lo cierto es que ella le tiene «mucha fe» al Cristo de su pueblo. «Pero vamos, que Jesús es el mismo, solo que con otra cara». Le va a pedir cosas, pero no es exigente: «Si viene bien, me lo das; y si no, será que no lo tengo que tener».
A este Cristo imponente, que baja la mirada para encontrarse con la de uno, como buscándolo, no solo se va a pedir. También a dar gracias. Norma ha acudido acompañada de una amiga junto a su bebé, una niña de 3 meses que se llama Ana Lucía. La primera vez que vio la imagen, hace ya unos años, «me impresionó mucho», y desde entonces no ha dejado de acudir a la basílica. «Hoy es para darle gracias por la niña, porque ha sido un regalo». En realidad, ella le había rezado «a todos los santos», porque, «por la edad, era mi última oportunidad para tener hijos». Hoy su Cristo y su niña serán presentados oficialmente.
Misa con el cardenal Cobo
Nos volvemos a encontrar con Norma ya en el interior de la basílica, poco antes de la llegada del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que al salir ha contado lo que le ha pedido al Cristo: por las víctimas y familiares del 11-M a las puertas del 20 aniversario, «por el pueblo de Madrid» y, «a nivel particular, ustedes entenderán por lo que he pedido», ha comentado con los periodistas. «Tengo un importante acontecimiento personal», ha dicho en alusión a su próxima boda.
El alcalde ha accedido a la basílica durante una de las Misas que se están celebrando cada hora en el templo. «Jesús de Medinaceli está en medio de nosotros para dar testimonio de la Verdad», dice el sacerdote en la homilía. La Verdad es que el Padre ha entregado «lo más valioso que tiene un padre, a su hijo» que trae la salvación. «Al lado de Jesús de Medinaceli el hombre cobra razón», ha continuado, para terminar haciendo una petición: «Que el beso, la oración, el piropo, el suspiro a Jesús de Medinaceli alcance al mundo entero; y que Jesús de Medinaceli sea del mundo entero».
La basílica permanecerá abierta este viernes 1 de marzo hasta las 24:00 horas, con confesiones en la cripta y las 25 Misas en total que se celebrarán este día. La de las 19:00 horas estará presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo.