Correos dedica un sello a Juan Muñoz, autor de Fray Perico y su borrico - Alfa y Omega

Correos dedica un sello a Juan Muñoz, autor de Fray Perico y su borrico

Según la empresa de mensajería, «sus disparatadas historias marcaron la infancia y adolescencia de varias generaciones de lectores»

Redacción
Foto: Comunicación SM España.

Correos ha emitido un sello en memoria de Juan Muñoz, fallecido en febrero de 2023 y autor de Fray Perico y su borrico y El pirata Garrapata, dos series de la colección El Barco de Vapor de SM. «Sus disparatadas historias marcaron la infancia y adolescencia de varias generaciones de lectores», declara Correos en un comunicado difundido en la mañana del 27 de febrero. «Los personajes de Juan Muñoz forman parte de nuestra vida y leer sus libros ha sido durante décadas sinónimo de abrir los ojos a un mundo mejor, más optimista, lleno de esperanza y de ternura», prosigue el mensaje.

Por su parte, Berta Márquez, gerente editorial de Literatura Infantil y Juvenil de SM, ha opinado a través de la editorial que los libros de Muñoz «nos han enseñado que la lectura es, por encima de todo, para divertirse». Y Carolina Pérez, su última editora, lo ha definido como un «escritor humilde y atemporal» para el que «el humor es el motor de su obra, y también del mundo».

La última obra de Juan Muñoz, publicada en octubre de 2023, meses después de su muerte, es Cuentos de risa para leer sin prisa. Recoge 25 historias de humor protagonizadas por dos garbanzos que viajan por el mundo, un príncipe feísimo que no encuentra pareja, un sastre aventurero, marcianos, una casa caracol, científicos locos y una abuela que reemplaza su gato por otro electrónico.

Un millón y medio de ejemplares vendidos

Fray Perico y su borrico, el libro más conocido de Juan Muñoz, ha vendido más de un millón y medio de ejemplares solo en España desde su publicación en 1980, aunque también se ha traducido a varios idiomas y es un libro de referencia en Japón para aprender español.

Este simpático personaje, definido por su autor como «rústico, gordo y colorado» y ataviado «con un pantalón de pana atado con una cuerda», tenía el mismo don que Muñoz: «Contar cuentos muy bonitos». Y revolucionó desde su primera aparición la vida de 20 frailes de cabeza rapada, barba muy blanca y hábito remendado en un antiguo convento de Salamanca.