Volunfair impulsa a los jóvenes a ser los obreros de la solidaridad
La mayor feria universitaria de voluntariado en España cierra su novena edición con éxito de asistentes y ONG participantes; el objetivo, unir gente con ganas de echar una mano
«Conocí el voluntariado el año pasado y mañana me voy a Chile dos meses». Si hubiera que resumir lo que es Volunfair, María Huidobro, 22 años, lo ha hecho perfectamente. Esta joven estudiante de Industriales en la Politécnica de Madrid, a la que solo le queda el TFG para terminar, está a punto de embarcarse rumbo a la misión que las Siervas de Jesús de la Caridad tienen en Osorno, al sur del país. Nunca había oído hablar de las hermanas hasta que en la penúltima edición de Volunfair se encontró con las diferentes opciones de echar una mano en sus misiones. Durante este tiempo ha seguido manteniendo el contacto con las hermanas y «este año me lo planteé en serio». A María siempre le habían llamado la atención los proyectos fuera de España, «y yo buscaba algo de fe, que es lo que me mueve». En la ciudad chilena vivirá con las monjas, atenderá un comedor para 150 personas y, por las tardes, a ancianos, familias… «No habrá dos días iguales», sonríe. Tiene un poco de miedo, «pero estoy muy emocionada».
60 entidades sociales y ONG muy diversas han participado en Volunfair 2024.
5.000 personas han visitado la novena edición de la feria universitaria del voluntariado.
130 voluntarios entre organizadores, de orden y embajadores de otras universidades.
Cuatro testimonios de Babies Uganda, Amaqtedu, Sinacio y la periodista Marta Barroso.
Este paso hacia adelante de María era precisamente a lo que animaba la última edición de Volunfair —la novena— que se celebró la semana pasada en el hall de la ETSI Industriales con el lema ¡Manos a la obra! Diego Álvarez, su director (estudiante de Industriales de cuarto curso) reconoce que a veces lo más difícil es dar el primer paso, pero ese «primer paso es lo que marca la diferencia». Hace balance de la feria, «muy positivo» tanto por la afluencia de gente, que ha sido «bastante y continuada», como por las «reflexiones interesantes» de las ponencias. Y resuelve: «Estamos muy contentos». Si se tuviera que quedar con un mensaje de estos días es que «para echar una mano hace falta muy poquito»; no hay que irse lejos, sino comenzar «cuidando mucho a los que tenemos más cerca».
Así hace la Pastoral Universitaria – Cáritas Universitaria con uno de sus programas estrella, Bocatas. Pilar, voluntaria en el estand de la entidad en la feria, cuenta la sorpresa de dos estudiantes de la Universidad Autónoma cuando les comentaron que la gente que duerme en la calle, más que hambre lo que sufren es soledad. Dimas Noguera, responsable de Voluntariado de Cáritas Diocesana de Madrid, afirma que «estar aquí es una forma de visibilizar y sensibilizar sobre lo que la Iglesia de Madrid está haciendo; somos mucho más que dar ropa o alimentos», resume. Por su parte, Laura Moreno, delegada episcopal de Jóvenes de la diócesis de Madrid, apunta que la feria «es el lugar donde se encuentra la Iglesia viva a través de la caridad y la solidaridad». Ahora «toca reposar y recoger el feedback de las ONG», explica Álvarez, e ir esbozando las líneas de la próxima edición. Como los animó el rector de la UPM, Guillermo Cisneros, en la inauguración, «seguid manos a la obra; hay muchísimas personas que necesitan soluciones».