El Papa: «¿Seremos capaces con la ayuda de Dios de caminar hacia la paz?» - Alfa y Omega

El Papa: «¿Seremos capaces con la ayuda de Dios de caminar hacia la paz?»

En el ángelus, ha invitado al silencio y a la sobriedad, «porque vivir bien no quiere decir llenarse de cosas inútiles»

Ángeles Conde Mir
El Papa Francisco durante el ángelus
En el ángelus, Francisco ha invitado al silencio y a la sobriedad, «porque vivir bien no quiere decir llenarse de cosas inútiles». Foto: CNS photo / Lola Gómez.

La inflamación pulmonar del Papa parece superada, tal y como demuestra el hecho de que haya vuelto a dirigir el rezo del ángelus desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico. Este domingo ha recordado que la Declaración Universal de los Derechos Humanos cumple 75 años y no todo han sido pasos hacia delante: «El compromiso por los derechos humanos no termina nunca», ha afirmado Francisco.

Ha reconocido además la labor de quienes se baten por el cumplimiento de estos derechos fundamentales. «Me hago cercano a todos aquellos que, sin proclamas, en la vida concreta de cada día, luchan y pagan personalmente por defender los derechos de quien no cuenta», ha dicho. Precisamente este domingo se entrega el Premio Nobel de la Paz a la activista iraní Narges Mohammadi, que lleva años en prisión por defender los derechos humanos, especialmente los de las mujeres.

Un domingo más, el Santo Padre ha animado a rezar por quienes padecen la guerra: «Vamos hacia la Navidad, ¿seremos capaces, con la ayuda de Dios, de dar pasos concretos hacia la paz? No es fácil. Lo sabemos. Algunos conflictos tienen raíces históricas y profundas. Pero tenemos también el testimonio de hombres y mujeres que han trabajado con sabiduría y paciencia por la convivencia pacífica. Que se siga su ejemplo, que se haga lo posible por afrontar y eliminar las causas de los conflictos».

Se ha referido, en concreto, a «la martirizada Ucrania, Palestina e Israel». El Santo Padre ha pedido que se respete a la población civil, los hospitales y lugares de culto. Ha reiterado que es necesaria la ayuda humanitaria para Gaza y la liberación inmediata de los rehenes israelíes.

Francisco también ha apuntado en sus llamamientos hacia otro conflicto que se ha evaporado de la actualidad internacional pese a que sigue muy latente: el del Cáucaso meridional, entre Armenia y Azerbaiyán. Ha celebrado que se haya producido un intercambio de prisioneros y el incipiente acuerdo entre ambos países, que podría significar una paz duradera.

Silencio y sobriedad

En su alocución previa a la oración mariana, el Santo Padre ha explicado cómo hemos de escuchar al Señor. En este segundo domingo de Adviento el Evangelio presenta a Juan el Bautista como «voz del que grita en el desierto». Francisco ha asegurado que el desierto «es el lugar del silencio y de la esencialidad, donde uno no puede permitirse entretenerse con cosas inútiles, sino que es necesario concentrarse en lo que es indispensable para vivir».

Así, ha indicado que el desierto es una metáfora del camino de la vida en el que es necesario despojarse de los superfluo, «porque vivir bien no quiere decir llenarse de cosas inútiles». Y porque «solo si a través del silencio y la oración hacemos espacio a Jesús que es la Palabra del Padre, sabremos liberarnos de la contaminación de las palabras vanas y de la palabrería». Por eso, el Pontífice ha propuesto silencio y sobriedad en cosas y en palabras, también en «los medios de comunicación y las redes». Silencio y sobriedad son «elementos esenciales de la vida cristiana», ha resumido.

«Si no se sabe callar, es difícil que se tenga algo bueno que decir; en cambio, cuanto más atento es el silencio, más fuerte es la palabra», ha exclamado el Papa. Para terminar, ha lanzado algunas preguntas para la reflexión como si sabemos hacer un silencio que sea un espacio de escucha o si nuestras vidas son sobrias o están llenas de cosas superfluas.