A la Iglesia le preocupa la polarización y pide ejercer «caridad política»

Por vigésimo sexto día consecutivo [al cierre de esta edición] los manifestantes siguen concentrándose en las inmediaciones de la sede del PSOE en la madrileña calle de Ferraz en protesta por la ley de amnistía, que borra cualquier posible delito de los independentistas catalanes. Las concentraciones han alterado la cotidianidad de las iglesias de las inmediaciones. La más afectada ha sido la del Inmaculado Corazón de María, situada a cuatro números postales de la sede socialista, que tuvo que suspender las Misas de diario de 20:00 horas y 21:00 horas. En el caso de la parroquia del Buen Suceso, «hemos tenido que acabar antes las reuniones para evitar que hubiera gente en la calle durante las cargas policiales», asegura el párroco, Enrique González, que comparte con Alfa y Omega varios vídeos grabados por él en los que se ven contenedores ardiendo en la puerta de la iglesia o a agentes antidisturbios pululando de un lado a otro. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado incluso han llegado a acorralar a varios manifestantes contra las puertas del templo. «La sensación es de impotencia», asegura González, que rechaza la deshumanización que se hace del que piensa diferente. «No hay que olvidar que el otro es nuestro prójimo y que unos y otros, en el fondo, lo que anhelamos es la paz».

Ante hechos de esta magnitud, el sacerdote pide «no dejarse llevar por lo visceral» y tener «un mayor discernimiento» para analizar por qué se ha llegado a esta situación. González habla de una «falta de compromiso generalizada, también de los cristianos», en la vida política, «que ha dejado a las instituciones sin presencia de la verdad y la caridad». En una línea similar, la Conferencia Episcopal Española publicó un mensaje durante su Asamblea Plenaria, la semana pasada, en el que expresa su «preocupación» por la «actual polarización ideológica y los episodios de desencuentro» ocurridos. Los obispos instan en la nota a los católicos «a trabajar en favor del encuentro» y de la «convivencia pacífica». El camino que señalan es el del «perdón y la reconciliación», «excluyendo toda violencia» y «estimulando el ejercicio de la caridad social y política».

Plan de reparación integral

Más allá de la situación de España, los obispo centraron buena parte de la Asamblea Plenaria en la cuestión de los abusos sexuales ocurridos en el seno de la Iglesia. Los prelados aprobaron un proceso de trabajo que concluirá con la puesta en marcha de un plan de reparación integral a las víctimas. «Va a tener tres líneas de trabajo: atención a las víctimas, prevención y reparación», informó en rueda de prensa el secretario general de la CEE, César García Magán. También confirmó la disposición de la Iglesia a indemnizar a las víctimas más allá de sus obligaciones legales: «Si hay sentencia, por supuesto, pero aunque no haya —porque ha muerto el victimario o porque el delito ha prescrito—, si tenemos certeza moral de que se ha producido el delito también vamos a reparar económicamente». Tras el punto y final de la reunión episcopal, la CEE hizo público un mensaje a todo el pueblo de Dios en el que vuelven a pedir perdón a las víctimas por esta lacra y se comprometen a «ser transparentes» y a «rendir cuentas».