De acuerdo con la tradición cristiana medieval, recogida, entre otros, por el Códice Emilianense —del siglo X—, san Cecilio fue uno de los siete varones apostólicos, discípulos del apóstol Santiago, enviados por san Pedro y san Pablo a evangelizar lo que entonces era la Hispania romana. Se puede afirmar con seguridad que fue el primer obispo de Ilíberis, la actual Granada, que escribió instrucciones para los fieles y que fuer martirizado en tiempos de Nerón, siendo supuestamente quemado en el Monte Ilipultiano.
El culto a ese santo en Granada empieza a fraguarse en el siglo XVI, poco después de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, y es a partir de 1601 cuando se establece el 1 de febrero como día de su onomástica. Desde 1646, es fiesta de guardar en Granada.