La Iglesia en Argentina invita al Papa para «sanar heridas»
Los compatriotas de Francisco elegirán nuevo presidente el domingo en un clima marcado por la tensión —bautizada como «la grieta»— y el aumento de la pobreza
El próximo domingo los argentinos elegirán en segunda vuelta entre el peronista Sergio Massa, actual ministro de Economía, y el derechista Javier Milei, líder de la formación La Libertad Avanza. Los sondeos están muy ajustados. La semana pasada se esperaba algún pronunciamiento durante la Asamblea Plenaria de la conferencia episcopal, pero no se hizo público ningún mensaje. «Lo que los obispos tienen que decir ante las elecciones lo manifestaron yendo a Luján» el 9 de noviembre, subraya a Alfa y Omega Máximo Jurcinovic, director de su Oficina de Comunicación. «Hay gestos que son más importantes que muchas palabras». La idea surgió del mismo intercambio de impresiones entre ellos. En el santuario, el cardenal arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, presidió una Eucaristía en la que pidió a la Virgen «que cuide a nuestras familias, a nuestros abuelos, a nuestros niños, a los jóvenes entrampados en la droga. Que no falte el pan en la mesa, los medicamentos, que haya trabajo digno y un techo para todos, y sobre todo paz». Este gesto se prolongó con la convocatoria de una jornada de «oración por la patria» este viernes, dos días antes de las elecciones.
También desde la encrucijada del país se entiende la decisión de pedir de nuevo al Papa Francisco, en una carta, que visite su tierra. «Nos hará mucho bien tu cercanía y bendición en estos tiempos difíciles», decían. También el presidente de los obispos, Óscar Ojea, manifestó al inaugurar la Plenaria el anhelo por este «encuentro muy esperado», que «nos ayudará a sanar heridas». El 10 de noviembre 10.000 fieles se congregaron en Ciudad Evita para una Misa con esta intención, convocada por una organización de movimientos barriales. «El pueblo espera al Papa», resalta Jurcinovic.
Son dos los rasgos principales de estos «tiempos difíciles»: la crisis económica, con un 40,1 % de población bajo el umbral de la pobreza y unos precios que se han multiplicado casi por cuatro en dos años; y «lo que llamamos “la grieta”, una polarización política y de pensamiento» que «es una herida», explica el teólogo protestante Marcelo Figueroa, amigo del Papa y director de la edición argentina de L’Osservatore Romano. En la sociedad «hay un dolor muy grande y una sensación de desamparo» por la falta de respuestas políticas eficaces. Esto ha llevado al surgimiento de «movimientos nuevos, polarizados, con una cercanía preocupante a la negación de los derechos humanos», dice en alusión al partido de Milei. «Ha logrado cautivar a los descontentos», presentando no una propuesta ideológica —«ojalá»— sino «antipolítica». A ello se suma, añade Sergio Rubin, periodista religioso de Clarín, un componente de populismo también en la izquierda, con «mucho clientelismo y la propuesta de soluciones simples a problemas complejos». Así, «el país vive en campaña electoral permanente y nuestros políticos han reducido la democracia a conseguir votos como sea».
El día después de las elecciones
Al periodista le preocupa que «si gana Milei pueda haber una altísima conflictividad»; si bien Figueroa espera que, sea quien sea el vencedor, «de alguna manera primen la razón y el sentido democrático», no se caiga en la violencia y se tome conciencia de que los discursos basados en el odio «no han servido en campaña y mucho menos pueden servir después». Reflotar el país exige, para Rubin, «medidas de fondo importantes, un programa económico integral» y, «como dicen los obispos», que los grandes partidos «se pongan de acuerdo en cuatro o cinco políticas de Estado».
¿Cómo podría contribuir a todo ello una visita de Francisco, que él mismo ha insinuado que es posible en 2024, una vez pasados los comicios? Su amigo protestante cree que puede «generar un ambiente pacificador»; tal vez «no en la esfera de los gobernantes pero sí en su contacto con el pueblo sencillo de Dios, que se ha visto afectado» por un enfrentamiento que describe como si el ambiente entre los eternos rivales futbolísticos River y Boca Juniors invadiera todo.
El Pontífice «tiene una gran cabeza política y un gran corazón y va a saber contribuir» a la unidad, ratifica Rubin. Pero cree que antes debe promoverse desde el propio país «un clima de mayor convivencia» para que «su semilla caiga en tierra fértil». «No puede ser como el papá que viene y nos arregla. Tenemos que arreglarnos nosotros», por mucho que luego durante su visita «él nos abrace y nos diga “van por buen camino”».
- 142,7 % de inflación interanual en octubre, que se suma al 72 % del año 2022.
- 55 % de pobreza habría sin ayudas sociales; un nivel similar a 2003, después de la crisis del corralito.
- «En 2001 la Iglesia propuso una importante mesa de diálogo para salir de la crisis», en la que jugó un papel clave Bergoglio, explica Rubin.
- Hasta la figura del Papa «ha quedado entrampada en “la grieta”», afirma Rubin: se escruta qué dice o a quién saluda y «los medios han manipulado su magisterio», añade Jurcinovic. Milei incluso «tuvo la osadía de ofenderlo con expresiones vulgares», añade Figueroa, aunque luego dio marcha atrás.
- En la plenaria se celebró la noticia de la próxima beatificación del cardenal Pironio, creador de las JMJ y modelo para la pastoral con jóvenes vulnerables.