Francisco pide «erradicar de raíz» la violencia contra las mujeres
El Papa se suma a una campaña italiana por la erradicación de la violencia contra las mujeres invitando a «actuar ahora con determinación, urgencia y valentía»
«La violencia contra las mujeres es una mala hierba venenosa que asola nuestra sociedad y debe ser erradicada de raíz», sentenció el pasado jueves el Papa Francisco en un mensaje. Con él se unió a una campaña por la eliminación de la violencia contra las mujeres organizada en Italia por la cadena pública Rai Radio 1 y la Casa de Mujeres Maltratadas de Milán. «Estas raíces son culturales y mentales y crecen en el suelo de los prejuicios, la posesión y la injusticia», añade.
La iniciativa a la que se sumó, lanzada para coincidir el 25 de noviembre con el día mundial contra esta lacra, lleva como lema Una larga ola contra la violencia machista hacia las mujeres. «En demasiados lugares y situaciones las mujeres pasan a un segundo plano, se las considera inferiores, como objetos», denunció Francisco, quien diagnosticó que «si a una persona se le reduce a ser una cosa, entonces ya no se ve su dignidad, se le considera una propiedad de la que se puede disponer para todo hasta el punto de suprimirla».
El Papa denunció «cuántas mujeres se sienten abrumadas por el peso y el drama de la violencia». «Cuántas son maltratadas, abusadas, esclavizadas, víctimas de la arrogancia de quienes piensan que pueden disponer de sus cuerpos y sus vidas, obligadas a rendirse a la codicia de los hombres», lamentó.
El Santo Padre también puso deberes a los medios de comunicación, a quienes reprochó «jugar un rol ambiguo». «Por un lado favorecen el respeto y la promoción de las mujeres», pero al mismo tiempo «transmiten mensajes llenos de hedonismo y consumismo en cuyos modelos, ya sean masculinos o femeninos, obedecen a criterios de éxito, autoafirmación, competición y poder para atraer al otro y dominarlo».
Francisco señaló que «donde hay dominación hay abuso» y que el verdadero amor «no exige prisioneros». Recordó que «el Señor nos quiere libres y en plena dignidad». Y propuso como alternativa «frente al flagelo del maltrato físico y psicológico a las mujeres» la urgencia de «redescubrir formas de relación justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuo». Algo que, a su juicio, debe contrarrestarse «con una acción educativa que, partiendo de la familia, ponga en el centro a la persona con su dignidad».
El Papa emplazó a la sociedad italiana en particular pero también a todos los cristianos a «dar voz a nuestras hermanas sin voz». Se refería a «las mujeres víctimas de abuso, explotación, marginación y presiones indebidas». «No permanezcamos indiferentes, debemos actuar ahora, a todos los niveles, con determinación, urgencia y valentía», pidió. Concluyó su mensaje subrayando que «del corazón y la carne de una mujer vino la salvación al mundo», por lo que «de cómo tratamos a la mujer, en todas sus dimensiones, se revela nuestro grado de humanidad».