Indi Gregory será desconectada en pocas horas
La pequeña británica de 8 meses padece una enfermedad rara. Sus padres habían peleado la decisión médica en los tribunales y esperaban trasladarla al Bambino Gesù
El Alto Tribunal de Londres ha fallado a favor del criterio de los facultativos del Queen Medical Center de Nottingham que aseguran que ya no se puede hacer nada por Indi. La pequeña tiene solo 8 meses y padece una enfermedad mitocondrial considerada incurable. Vive conectada a una máquina que realiza las funciones que su corazón no puede y que los médicos quieren detener.
Según ellos, no hay posibilidad de recuperación para Indi, que fue bautizada en septiembre en la cama del hospital rodeada de sus padres y sus tres hermanas. Por el contrario, para su madre, Claire Staniforth, y su padre, Dean Gregory, hay esperanza hasta el final. Por eso apelaron la decisión médica en los tribunales. Sobre todo, porque el hospital pediátrico del Papa, el Bambino Gesù, se había ofrecido a acoger a Indi y a proporcionarle todos los tratamientos posibles y atención especializada. Sus padres se aferraron a este ofrecimiento que el jueves pasado los jueces tiraron por tierra alegando que el viaje a Italia tampoco sería lo mejor para la pequeña paciente.
Conectada hasta las 15 de este lunes
La familia apeló, en este caso la decisión judicial, con ayuda del Christian Legal Center, — que también ayudó a la familia de Alfie Evans, fallecido en 2018 —, para impugnar la negativa del tribunal de trasladar a la pequeña del hospital de Nottingham, donde ha estado internada desde su nacimiento, al Bambino Gesù de Roma. Sin embargo, hace pocas horas ha llegado un nuevo «no» de parte del Alto Tribunal londinense y todo apunta a que Indi será desconectada de la maquinaria este lunes a las 15 horas, contraviniendo la voluntad de sus padres.
No es la primera vez que el Reino Unido se enfrenta a una decisión de este tipo. En el caso de Indi, el hospital vaticano ha dado un paso al frente ofreciendo la posibilidad de asistirla, como ya había hecho en el pasado con otros dos niños ingleses a los que la justicia británica negó una última oportunidad. Se trataba del ya mencionado Alfie Evans y de Charlie Gard, muerto en 2017. Ambos fallecieron después de dolorosos procesos legales y mediáticos que culminaron en la retirada del soporte vital.
El caso más reciente se remonta a poco más de un año. Fue el de Archie Battersbee, el niño de 12 años que pasó casi cinco meses en muerte cerebral a causa de un ahogamiento por un reto de TikTok. La batalla legal emprendida por los padres, que incluso apelaron a la ONU y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, también acabó con la dramática desconexión del pequeño del soporte vital que lo mantenía con vida.
Sin embargo, hay un caso con un final diferente. El de la niña Tafida Raqeeb, anglopakistaní de 5 años y con una lesión cerebral, que en 2019 pudo ser trasladada al Instituto Gaslini de Génova tras la sentencia favorable de un tribunal británico. En Italia sigue con la rehabilitación y los médicos aseguran que está progresando.