Papa Francisco: «A Dios no le gustan las habladurías y la confusión»
Antes del comienzo del Sínodo, el Papa Francisco ha asistido a la vigilia ecuménica organizada por Taizé y ha hecho un alegato en favor del silencio
El Papa Francisco ha participado en la tarde de este sábado en la vigilia ecuménica por el Sínodo Together (Juntos), organizada por la comunidad de Taizé. En ella, se ha unido en la oración con el patriarca ecuménico Bartolomé, con el arzobispo de Canterbury y primado anglicano, Justin Welby, y con muchos otros líderes eclesiales, junto a miles de cristianos de diversas confesiones.
Antes de la Asamblea General del Sínodo y en vísperas del retiro espiritual que la precede, el Pontífice ha hecho un alegato en favor del silencio: «Puede expresar un dolor indecible ante la desgracia; pero también, en los momentos de alegría, un gozo que trasciende las palabras»
Su reflexión para los jóvenes, después de escuchar numerosos testimonios, ha tenido como hilo central la importancia del silencio en la vida del creyente, en la vida de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos.
«El silencio es esencial en la vida del creyente» ha afirmado el Papa, nada más comenzar su intervención. «En un mundo lleno de ruido ya no estamos acostumbrados al silencio; es más, a veces nos cuesta soportarlo, porque nos pone delante de nosotros mismos. Y, sin embargo, esto constituye la base de la palabra y de la vida». «A Dios no le gustan las proclamas y los alborotos, las habladurías y la confusión». Prefiere más bien, como hizo con Elías, hablar en el «el rumor de una brisa suave».
En segundo lugar, ha explicado Francisco, «el silencio es esencial en la vida de la Iglesia». «Hace posible una comunicación fraterna, en la que el Espíritu Santo armoniza los puntos de vista», ha añadido el Pontífice haciendo alusión al Sínodo que pronto comienza. «Pidamos, pues, al Espíritu el don de la escucha».
El silencio, como elemento esencial en el camino de unidad de los cristianos fue el tercero de los ámbitos sobre los que el Obispo de Roma ha reflexionado. «El silencio hecho oración nos permite acoger el don de la unidad “como Cristo la quiere”, con los medios que Él quiere».
Testimonios durante la vigilia Together
Antes de la llegada del Papa Francisco tres jóvenes de contextos eclesiales y de continentes distintos relataron su experiencia del camino sinodal. Para Emile, del Líbano, «no hay sinodalidad sin ecumenismo y no hay ecumenismo sin sinodalidad». Agata, de Indonesia, ha dado las gracias a todos «los que han sido motores de sinodalidad en este proceso». Y Tilen, de Eslovenia ha puesto de manifiesto la necesidad de la escucha. «Cuando escucho a los jóvenes, me asombra lo profunda y sincera que es su fe», ha apuntado.
De la misma manera, dos jóvenes han profundizado en el don de la paz. Su experiencia viene motivada por el desplazamiento forzoso. Wael, refugiado de Alepo (Siria), ha pedido «rechazar los prejuicios, los estereotipos, las ideas preconcebidas. Abracemos la belleza y la riqueza de nuestras diferencias». Daniela, de Bogotá (Colombia), ha ofrecido las palabras de los «que no pueden hacer oír su voz». «La construcción de la paz, en mi experiencia, no es la expresión del estar de acuerdo unos con otros, sino el caminar juntos escuchando, reconociendo y aprendiendo aquello que muchas veces nos es desconocido. Por eso, el otro es un regalo en este camino, capaz de enseñarnos nuevos métodos hacia la convivencia», ha afirmado la refugiada colombiana.