El Hijo del hombre va a ser entregado. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto - Alfa y Omega

El Hijo del hombre va a ser entregado. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto

Sábado de la 25ª semana del tiempo ordinario / Lucas 9, 43b-45

Carlos Pérez Laporta
Ilustración: Freepik.

Evangelio: Lucas 9, 43b-45

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

«Meteos bien en los oídos estas palabras: al Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Comentario

Parece que Jesús sea un aguafiestas: «entre la admiración» le da por anunciar su muerte. Además lo hace con un lenguaje bastante duro y gráfico: «Meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». ¿Por qué no vive es buen momento, y les obliga a mirar la derrota en medio de lo que ahora parece una victoria? ¿Es que siempre que las cosas nos vayan bien tenemos que agriarnos la vida mirando la cruz? Por eso, «ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido».

Si Jesús insiste tanto es precisamente para comprender bien la naturaleza de la victoria que tiene que llevar a cabo. Aquella victoria y fama en realidad era una victoria humana. La gente les seguía en masa, por motivos impersonales: lo que se decía de Él, el espectáculo de su fuerza milagrosa, la inacción de las autoridades. Es, por tanto, una victoria superficial y mundana. En nada puede quedar todo. Pues, cuando las autoridades vayan contra Él, les vencerá el miedo; cuando esté impotente en la cruz, perderán de vista la hondura de su poder; se olvidarán de Él cuando la gente deje de nombrarlo.

Por lo mismo, se mira la cruz nunca se olvidará el nombre del que murió por nosotros; se comprenderá que su poder siempre fue el amor y no la fuerza: era su amor lo que curaba; y no se temerán las autoridades que no pueden vencer al amor eterno de Dios que vence la muerte.