Las Guadalupes de España y México completan su hermanamiento
El arzobispo y el provicario general de Toledo han viajado hasta la basílica americana con un cuadro de la Morenita de las Villuercas, «de manera que siempre permanezcan unidas estas dos apariciones que están en comunión perfecta por una misma advocación»
El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, y el provicario general de la archidiócesis, Raúl Muelas, se encuentran en México para celebrar «la segunda parte del hermanamiento entre la basílica de la Virgen de Guadalupe, de España, y la basílica de la Virgen de Guadalupe de México», ha explicado Muelas a este periódico.
La primera parte de este acto tuvo lugar el 13 de febrero cuando el cardenal arzobispo primado de México, Carlos Aguiar, visitó Extremadura y celebró junto con Cerro una Eucaristía en el santuario de la Sierra de las Villuercas. Tras la Misa, en la que concelebraron una docena de obispos españoles y numerosos sacerdotes procedentes de ambos lados del Atlántico, Aguiar y Cerro firmaron el documento de hermanamiento.
En aquella ocasión, el cardenal mexicano regaló al santuario español una réplica de la tilma de san Juan Diego que se venera en el Cerro del Tepeyac, donde la Virgen dejó milagrosamente reflejada su imagen.
Ahora el viaje se produce a la inversa y es el arzobispo de Toledo el que ha regalado un cuadro de la Virgen de Guadalupe de España a la basílica mexicana, obra del pintor malagueño Raúl Berzosa. La idea es que en México también se venere a la Guadalupe española y en España también se venere a la Guadalupe mexicana, «de manera que siempre permanezcan unidas estas dos apariciones que están en comunión perfecta por una misma advocación y que llenan el corazón de alegría de todos», subraya el provicario general de Toledo.
Un momento importante
La segunda parte del hermanamiento «tendrá su punto culmen», según Raúl Muelas, en la Misa que el domingo 3 de septiembre a las 12:00 h se va a celebrar en la Insigne y Nacional basílica de la Virgen de Guadalupe de México. Estará presidida por el cardenal de México y concelebrada por el arzobispo de Toledo, así como por otros obispos mexicanos y distintos sacerdotes del país relacionados con Toledo y curas toledanos «que están trabajando aquí en México».
En la celebración, que el provicario describe como «un momento importante en el que se redondea todo ese acto de hermanamiento que empezó hace varios meses y que ahora se cierra de una forma preciosa», se espera la participación de «muchísimos fieles», concluye Muelas.