La próxima JMJ será en Corea del Sur
Será en 2027 en Seúl. En la Misa conclusiva de la JMJ, el Papa ha animado a los jóvenes a ser luz para los demás y a no tener miedo
Ha amanecido pronto en el Parque Tejo o quizá no ha llegado a anochecer del todo para los jóvenes. De nuevo, un millón y medio de ellos han acompañado al Papa en esta misa de clausura y envío de la JMJ de Lisboa 2023.
Francisco ha hecho acto de presencia en el Campo de Gracia a bordo del papamóvil que han seguido miles de jóvenes a su paso. Unos 700 obispos y unos 10.000 sacerdotes de todo el mundo han concelebrado con el Papa. El Patriarca de Lisboa, el cardenal Manuel Clemente, ha sido el encargado del saludo inicial recordando que es la primera JMJ post-pandemia y que, por ello, el camino hasta Lisboa ha sido especialmente difícil.
Si te miras a ti mismo, la luz se apaga
Francisco en su homilía ha evocado la lectura evangélica de esta jornada que narra la Transfiguración del Señor en el Tabor. El Papa ha invitado a los jóvenes a llevarse a casa tres ideas: resplandecer, escuchar y no tener miedo.
Les ha explicado que en la Transfiguración, el rostro de Jesús resplandecía después de haber anunciado su pasión y muerte. Cristo en el Tabor muestra a tres de sus discípulos esa luz que les ayudará a atravesar la noche oscura del Calvario. «Amigos, también nosotros necesitamos algo de luz, un destello de luz para afrontar la oscuridad de la noche, tantas derrotas cotidianas para afrontarlas con la resurrección de Jesús porque Él es la luz que no se apaga y brilla aun en la noche», ha pedido el Papa a los peregrinos. También les ha advertido de que no pueden ser luz verdadera cuando están debajo de los focos exhibiendo una imagen perfecta, «aunque nos sintamos fuertes y luminosos, pero no seremos luminosos». «Brillamos cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él. Amar como Jesús nos hace luminosos, eso nos lleva a ser obras de amor. No te engañes, amiga, amigo, vas a ser luz el día que hagas obras de amor, pero si te miras a ti mismo como un egoísta, ahí la luz se apaga», ha destacado el Santo Padre.
Escucha a Jesús en el Evangelio y en tu corazón
En cuanto a escuchar, el Papa les ha recordado las palabras del Padre durante la Transfiguración: Escuchadlo. Francisco les ha dicho que pueden encontrar la voz del Señor en las Escrituras: «Escuchar a Jesús, todo el secreto está ahí. Ve al Evangelio y lee lo que dice Jesús y lo que dice en tu corazón». Les ha explicado que, a veces, con buena voluntad, se emprenden caminos «que creemos de amor, pero son egoísmos disfrazados de amor», pero no lo son. Por eso, les ha pedido que tengan cuidado con esta confusión.
A ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces
Finalmente, les ha animado a no tener miedo, tal y como Jesús pidió a los discípulos en el Tabor. «A ustedes, jóvenes, que cultivan sueños grandes pero frecuentemente ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces; a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse fracasados o por intentar esconder el dolor disfrazándolo con una sonrisa; a ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo y luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad, pero que les parece que no es suficiente; a ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, Jesús les dice: No tengan miedo», ha asegurado el Papa enérgicamente antes de concluir su homilía.
Ha subrayado esta idea para los chicos, que no tengan miedo, porque «Jesús los está mirando. Él los conoce y conoce vuestros corazones y Él os dice aquí en Lisboa, en esta JMJ, no tengan miedo. Anímense, no tengan miedo».
«Ustedes son un testimonio de cómo las nacionalidades pueden unir en lugar de dividir»
El Papa no ha querido terminar la celebración de la misa sin dar un obrigado, es decir, un gracias, a todos los que han hecho posible esta JMJ que tuvo que retrasarse un año a causa de la pandemia. Y ha incluido uno muy especial, «a nuestros abuelos que nos transmitieron la fe, el horizonte de una vida, son nuestras raíces». Francisco ha querido vincular a los jóvenes con los mayores desde los preparativos del encuentro. Pidió a los chicos que antes de viajar a Portugal visitaran a sus abuelos o a un anciano solo.
También ha recordado con afecto a los jóvenes que no han podido asistir a Lisboa, especialmente, a aquellos de países en conflicto, como Ucrania, país por el que ha vuelto a pedir oraciones. El Papa ha confesado a los jóvenes que su sueño es la paz. Les ha dicho que es posible, porque ellos han demostrado estos días que personas de distintas procedencias pueden convivir y comprenderse: «Ustedes son un testimonio de cómo las nacionalidades, las lenguas e historias pueden unir en lugar de dividir, son la esperanza para un mundo diferente».
Al concluir la Misa, se ha producido uno de los momentos más esperados y emocionantes de cada JMJ, el anuncio de la próxima. Francisco ha devuelto a los jóvenes del mundo la Cruz de la JMJ y el icono de María que volverán a peregrinar durante 4 años por el mundo hasta llegar a su nuevo destino, Corea del Sur, donde en 2027 tendrá lugar la 41º Jornada Mundial de la Juventud. El encuentro vuelve a Asia tras la JMJ de Filipinas de 1995, la más multitudinaria de la historia con 5 millones de asistentes.
Pero antes, el sucesor de Pedro les ha convocado para otro encuentro dentro de dos años. Ha pedido a los jóvenes que se unan a él en el próximo jubileo de 2025 que tendrá como epicentro Roma.