Ni en los días más concurridos de la Feria del Libro de Madrid se vio tanta gente como en la Feria de las Vocaciones de la JMJ Lisboa 2023. Un espectáculo pasear entre caseta y caseta y observar el interés que en los jóvenes despierta la variedad de carismas en la Iglesia. «No pensaba que existieran tantas congregaciones ni tantas posibilidades de vivir la fe de distintas maneras», cuenta Daniela, venida de Cuba, mientras descansa en un banco. La mañana es calurosa y lo bueno es que hay multitud de árboles y sombra.
La Feria de las Vocaciones se ha situado en los jardines Vasco de Gama, junto al Parque del Perdón, en una extensión que la organización de la JMJ ha bautizado como Ciudad de la Alegría. La alegría de la misericordia de Dios unida a la alegría de la riqueza de la Iglesia. A lo largo de sus 150 casetas, los visitantes van descubriendo los distintos carismas que el Espíritu ha regalado al mundo. Están organizadas por calles, cada una con un arco de acceso correspondiente a cada una de las JMJ de la historia. En él viene detallado el año, el lema, el Papa que la convocó y el número de asistentes.
Las religiosas y religiosos están abiertos a las preguntas de los visitantes. Daniela, por ejemplo, está asombrada porque «es la primera vez que hablo con una religiosa de clausura», aunque «yo me voy más por los laicos, por los que desde el matrimonio deciden entregar su vida a la Iglesia, como familia». Pilar y Elvira, de Sevilla, es la segunda vez que acuden. «Para ver bien los puestos, porque la primera no llegamos a todo». Les da mucha alegría que haya otros muchos jóvenes interesados como ellas y se les ha despertado la curiosidad por «conocer los distintos movimientos que viven la fe en todo el mundo». No se han tenido que ir muy lejos de su casa porque reconocen que el que más les ha llamado la atención es la Institución Teresiana, en cuya caseta han pegado un post it con una intención para que recen por ellas.
Lo cierto es que las casetas cuentan con atractivos para que los jóvenes se acerquen. Desde un muñeco de Don Bosco paseándose por el recinto para llamar la atención hacia los salesianos, hasta pulseras de tela, pasando por juegos vocacionales o marcos para hacerse selfies con las religiosas. Esto es lo que tienen las religiosas de María Inmaculada. La película La sirvienta sobre su fundadora, santa Vicenta María López Vicuña, enterrada en Madrid, fue un éxito. «Aquí tenemos encuentros muy bonitos con los jóvenes, les hablamos de nuestra vocación, también de nuestras crisis de fe, nos comparten sus inquietudes…». De repente se acerca a ella Paula, una joven de Madrid de 16 años. «Ahora ya puedes empezar a caminar», la anima la religiosa.
Desde la caseta del Verbo Encarnado, la hermana Afflicta coincide en que los jóvenes van buscando que les hablen de su vocación, y detecta en ellos una búsqueda de la voluntad de Dios. «Hay muchos que ya han sentido una llamada a una entrega total y van buscando» su carisma. «Lo que mueve a los jóvenes es Jesucristo —aclara — y Dios da la gracia de que se conviertan o de ver su vocación con más claridad».