The Mystery Man aterrizará en Italia y se intenta que llegue a Rusia

«Ha habido peregrinaciones a esta exposición, había parroquias que venían con sus sacerdotes y se ha producido un fenómeno en el que llegaban autobuses y grupos continuamente», cuenta a Alfa y Omega Francisco Moya. Es el CEO de ArtiSplendore, la empresa de arte religioso que saltó a la fama con su escultura hiperrealista de Jesús conocida como The Mystery Man.

Tras la clausura de la muestra en la ciudad granadina de Guadix, a la que han acudido más de 50.000 personas en menos de cien días, ahora busca nuevos destinos. El 31 de julio llegará a Chioggia, en la región italiana del Véneto. Y ya la quieren en Rusia y Reino Unido. «Tenemos peticiones de la Iglesia luterana en San Petersburgo y la anglicana en Londres. Esta es una exposición que une a los cristianos».

Moya aborda los posibles nuevos destinos con tranquilidad. «Nosotros somos prudentes, no queremos meter nada con calzador. Esta exposición irá donde tenga que ir». Aun así, le gustaría llevar The Mystery Man a Roma en 2025. «Mi idea es poder estar en el Jubileo» que se celebrará en la Ciudad Eterna dentro de dos años. «Aunque ya veremos lo que va a suceder. Tenemos peticiones de todas partes del mundo y nos gustaría estar presentes en determinados acontecimientos importantes para los cristianos».

«No es una imagen sensacionalista»

El CEO de ArtiSplendore cuenta que los creyentes no son los únicos que quieren ver de cerca al hombre bajo la Sábana Santa. «Lo bueno de la exposición es que está abierta a todo el mundo. No es solo artística, histórica ni arqueológica. Sobrepasa todo ello y cada uno puede interpretarlo conforme a sus creencias».

De hecho, su recreación hiperrealista de Jesús en el sepulcro llama la atención especialmente de la gente sin convicciones religiosas. «Les parece muy sorprendente, una vez que se acercan se concentran en la obra que están viendo». Subraya que desde el comienzo de la exposición «ha habido gente que se ha reafirmado o incluso ha recibido una primera llamada».

Explica que, aunque está realizada con mucho respeto, la dureza de la escena les choca. «Parece una persona de verdad y la imagen hiperrealista puede generar mucha impresión por sus heridas, las de alguien que pasó por la Pasión, fue flagelado, se le puso una corona de espinas, fue crucificado y se le atravesó con una lanza el costado». Cuenta que la obra provoca de un modo positivo porque «no es una imagen sensacionalista pero genera sensaciones importantes».

The Mystery Man ya suma 120.000 visitantes de 56 países diferentes tras su paso por Guadix y la catedral de Salamanca. En este lugar, el primero donde se exhibió, fue visitada por 80.000 personas en cinco meses. Sin embargo, según el director ejecutivo que organizó la exposición, «más allá de los números, me quedo con la sorpresa y el respeto que provoca en las personas».