El Papa alienta los planes de Lula da Silva de mediar en la guerra de Ucrania
Durante una conversación telefónica, el presidente brasileño invitó al Santo Padre a visitar de nuevo Brasil
El Papa Francisco alentó al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en sus esfuerzos para impulsar negociaciones sobre la paz en Ucrania. Durante una conversación telefónica que ambos líderes mantuvieron el pasado miércoles, informa EFE, Lula le relató sus conversaciones con otros líderes mundiales.
Desde que asumió el poder, el 1 de enero, el dirigente brasileño insiste en que es necesario articular un grupo de países que pueda mediar por un alto el fuego y llevar a Rusia y a Ucrania a una mesa de negociaciones. Su propuesta, sin embargo, ha sido recibida con rechazo por los países de Occidente, que consideran que equipara al país agresor y al agredido.
La semana pasada, Lula mantuvo sendas conversaciones telefónicas con el presidente ruso, Vladimir Putin, y con el chino, Xi Jinping, sobre este tema. Putin lo invitó a participar en el Foro Económico Internacional que se celebrará en San Petersburgo en junio. El brasileño declinó por problemas de agenda, pero reiteró su disposición, junto con la de la India, Indonesia y China, a dialogar con ambos países. Unos días antes, había coincidido con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la cumbre del G7 en Japón. Tenían acordado un encuentro personal, que al final no se realizó, también supuestamente por «problemas de agenda».
El Papa Francisco dijo a Lula que «él, por la autoridad conquistada a lo largo de una vida marcada por la coherencia, tiene autoridad para liderar» una negociación, asegura la nota difundida por la Presidencia brasileña. El dirigente del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) igualmente agradeció y alentó los esfuerzos del Pontífice por la paz en Ucrania.
Invitación a Brasil
Lula pretende encontrarse personalmente con el Santo Padre en junio o julio dentro de una serie de viajes internacionales. Pero aprovechó ya la conversación telefónica para invitarle a realizar una nueva visita a Brasil. Sería su segundo viaje al país con más católicos del mundo, después del que realizó hace casi diez años para participar en la JMJ de Río de Janeiro, a los pocos meses de ser elegido.
Según el Gobierno brasileño, «el Papa Francisco se comprometió a analizar la invitación y la posibilidad de una visita». Antes de Francisco también visitaron Brasil los Papas Juan Pablo II, en 1980, 1991 y 1997 y Benedicto XVI, en 2007.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, agradeció al Papa Francisco su solidaridad y «sus gestos en defensa de la democracia en el país». También la actuación de la Iglesia católica a favor de la preservación de la Amazonia brasileña «contra las fuerzas que atacan la selva». La conversación entre ambos se produjo solamente un día después de que la Cámara de Diputados de Brasil aprobara el martes pasado una proposición de ley que limita la demarcación de tierras indígenas relanzada por Lula para proteger a los pueblos originarios y la Amazonia.
En Brasil hay un total de 764 territorios de pueblos originarios. Pero según los datos de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (FUNAI), un tercio de ellos aún no han sido demarcados, es decir, inscritos como tales. Lula reconoció en abril seis nuevos territorios. Son los primeros en cinco años, tras una parálisis durante el mandato de Jair Bolsonaro.
La proposición de ley establece que las tierras reservadas a las comunidades originarias deben restringirse a aquellas que estaban ocupadas por indígenas al momento de la promulgación de la Constitución vigente, en 1988. Las comunidades originarias rechazan este marco temporal. Alegan que muchos pueblos no ocupaban sus territorios ancestrales en esa fecha precisamente porque habían sido expulsados, especialmente durante la última dictadura militar (1964-1985). Defienden, por el contrario, que tienen derecho a sus tierras independientemente de la situación en la que estuvieran en 1988.
La proposición de ley, impulsada por diputados afines al agronegocio y a la oposición, fue aprobada por 283 votos contra 155. En realidad, se presentó originalmente en 2007 y cobró protagonismo durante la presidencia de Bolsonaro. La semana pasada, una mayoría de 324 contra 131 diputados logró que regresara al hemiciclo para ser votada con «urgencia» por el pleno esta semana. El objetivo es adelantarse a una posible decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) contraria a las tesis de la proposición.