El busto reconstruido de san Isidro, al alcance del público en la gran exposición conmemorativa del año jubilar
Pinturas, tallas, exvotos, trajes regionales, varas de mando… La colegiata de San Isidro acoge una exposición única organizada por la Real Congregación de San Isidro para conmemorar el Año Santo de san Isidro, que se clausurará el próximo 15 de mayo. Se trata de una muestra que honra al patrón de Madrid en el 400 aniversario de su canonización, y que reúne en el templo una treintena de piezas, la mayoría pertenecientes al patrimonio de la congregación, aunque también hay algunas propiedad de particulares.
La muestra se acerca a la figura del santo madrileño desde distintos ámbitos, cada uno de ellos enmarcado en una de las capillas de la colegiata. «En este entorno, cualquier cosa luce», reconoce María Luz Trilla, diputada de Caridad de la congregación y comisaria de la muestra. Así, a lo largo de seis espacios se abordan las facetas del santo y todo lo relacionado con él. El primero, en la capilla de San José, se centra en su figura y atributos, el arado de mano y la aguijada, que son sus elementos de trabajo.
En la capilla de la Sagrada Familia, «la mejor de la colegiata», se representa al labrador en su faceta de esposo y padre. Cabe destacar dos tallas realizadas de propio para este año jubilar, que la congregación ha regalado al santo. Se trata de dos réplicas de las que procesionan el 15 de mayo por Madrid, realizadas por el mismo escultor, Javier Tudanca, pero reproducidas a menor escala. Las imágenes, detalla la comisaria, han sido estrenadas para la exposición y serán bendecidas en los próximos días. En esta misma capilla se muestran dos tinajas con las representaciones de los santos en cerámica de Talavera.
La capilla de la Inmaculada, que es sede de la congregación, acoge parte del ajuar, entre otros los estandartes —uno de los más valiosos es el de san Dámaso, en seda bordada— y cetros y varas de la Junta de Gobierno. Trilla destaca en este sentido cómo el propio Isidro fue cofrade del Santísimo Sacramento, en la que hunde sus raíces la cofradía de san Isidro, fundada en el siglo XIII.
Ya en la parte izquierda de la nave, totalmente reconstruida tras el incendio que sufrió la colegiata en la guerra civil, se encuentran los otros tres espacios. El primero, en la capilla del Carmen, restaurada gracias a las donaciones de católicos británicos, el visitante puede ver una colección de exvotos regalados al santo en este jubileo. Se trata de una colección de 14 pinturas sobre tabla con representaciones de la vida y milagros del santo, obra de un congregante.
500 hermandades por todo el mundo
Si algo ha evidenciado este año santo ha sido la devoción que al labrador se le tienen en el mundo entero. La congregación tiene en la actualidad contacto con más de 500 hermandades de san Isidro en España y en el mundo, y hay miles de fieles devotos repartidos por los cinco continentes. De hecho, en este año más de 200.000 personas, de diversos países, han pasado por el camarín, donde se encuentran sus restos; más de 500 grupos han llegado en peregrinación y se han hecho más de 300 rutas isidriles.
En la capilla de santa Rita se puede ver una muestra de esta devoción en forma de objetos regalados. Tal es el caso del cirio decorado y pintado a mano donado por la Hermandad de San Isidro de Múnich, que tiene más de cinco siglos de vida; el bastón de mando de alcalde perpetuo para el santo de Estepona (Málaga); un traje típico para la fiesta de San Isidro de la localidad de Lagunillas, en Venezuela; dos trajes infantiles de la romería de San Isidro de La Orotava, en Tenerife; y diferentes ofrendas al santo, como una bota de vino o una tabla pintada que ha llegado desde Filipinas, desde donde han venido «un montón de peregrinaciones».
También se puede ver en este espacio dos carteles de la acción social que lleva a cabo la congregación en Kenia, «de donde han salido ya vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada», y en Perú. En este último país, en la localidad de Cajamarca, están a punto de finalizar las obras de la capilla de San Isidro, una reconstrucción, ya que la anterior quedó devastada por unas inundaciones en las que, milagrosamente, se salvó la talla del santo.
En el último espacio es quizá donde se conservan las piezas de mayor valor, en palabras de la comisaria. Se trata de una hoja facsímil del Códice de Juan Diácono, de 1270, en el que se recogía la vida y milagros de Isidro; la bula original del Papa san Juan XXIII, de 16 de diciembre de 1960, por la que proclama a san Isidro Labrador como patrón de los agricultores; y la reconstrucción artística de la cabeza del santo a raíz del estudio anatómico forense que se realizó en noviembre de 2022, y que vino a avalar lo que la tradición y los documentos ya decían del santo, de cuyo cuerpo nunca se ha perdido el rastro. Este espacio, en palabras de la comisaria, demuestra que «historia, devoción y ciencia no son incompatibles, sino todo lo contrario».