Nueve años después, 98 de las chicas de Chibok siguen en manos de Boko Haram
Desde 2020, 780 menores han sido secuestrados en Nigeria. 60 permanecen en cautividad. 600 colegios han cerrado por la violencia
Nueve años después de que Boko Haram secuestrara a 276 estudiantes de una escuela para chicas en Chibok (estado de Borno), 98 de ellas continúan retenidas por esta organización terrorista. Desde entonces se ha producido una oleada de más secuestros. Para Amnistía Internacional, esto revela la incapacidad de las autoridades nigerianas de aprender del dolor de Chibok y, en definitiva, de proteger a los niños.
Desde el secuestro de las niñas de Chibok, los grupos armados han puesto en su punto de mira a varios colegios más y han secuestrado, violado, asesinado e impuesto supuestos matrimonios a decenas de chicas. Sin embargo, los dirigentes del país no han llevado a cabo ni una sola investigación creíble sobre los fallos de seguridad que dejaron desprotegidas a estas niñas frente a las atrocidades de Boko Harman y otros combatientes.
«Los padres de esas 98 chicas viven en la angustia, sabiendo que sus hijas están en manos de individuos sin escrúpulos que las están sometiendo a espeluznantes atrocidades», ha afirmado Isa Sanusi, directora en funciones de Amnistía Internacional en Nigeria. «Hace ya mucho que las autoridades tendrían que haber tomado medidas significativas para oponerse a a los grupos armados. Nigeria tiene la obligación de implementar salvaguardas para proteger a todos los niños, y la falta de rendición de cuentas por estos crueles crímenes alimenta la impunidad. Las alumnas de Chibok desaparecidas deberían ser devueltas a su hogar con sus familias, y todos los responsables de estas graves violaciones deben enfrentarse a la Justicia».
600 escuelas cerradas
Entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, se ha informado de al menos cinco casos de secuestros en el norte de Nigeria, incluyendo en colegios, en Kankara, Kagara, Jangebe, Damishi, Kaduna, Tegina y Yawuri. De los más de 780 menores secuestrados para pedir un rescate, más de 60 todavía siguen cautivos. La amenaza de más ataques ha llevado asimismo al cierre de más de 600 centros educativos en el norte del país.
A finales de marzo, Amnistía Internacional entrevistó a cinco estudiantes de Chibok que habían escapado de Boko Haram y a sus padres. Dijeron que habían perdido casi toda esperanza en que las 98 chicas aún secuestradas fueran a ser rescatadas. Una de las entrevistadas dijo que «cada mañana me despierto y recuerdo en qué situación las dejé. Lloro y lo siento por ellas. Nueve años es demasiado tiempo para estar en una situación tan deplorable. El Gobierno debe cumplir su promesa de rescatarlas».
El padre de una de las niñas secuestradas informó a esta entidad de que los representantes del Estado ya no se ponen en contacto con ellos y los han abandonado. Les preocupa que las que se nieguen a casarse con miembros del grupo terrorista estén sufriendo un trato brutal cada día. «Rescatar a esas chicas es primordial. Encontrarlas no debería convertirse en otro proyecto fracasado del Gobierno», subraya Sanusi. «Es absolutamente crucial que la administración saliente haga todo lo que esté en su poder».
También las chicas regresadas y sus familias se enfrentan a un reto diario. «Nuestro dolor no tiene fin porque 14 de las chicas volvieron con 24 niños. Tenemos con nosotros a nietos cuyos padres son unos desconocidos. Nuestra carga se ha multiplicado porque no tenemos dinero para afrontar la carga adicional de alimentar, educar y ofrecer atención médica a nuestras hijas y nietos». A ello se suma el problema añadido del «rechazo social y el estigma al que nos enfrentamos. ¡Estamos desesperados!».