El Papa denuncia que la falta de acceso a medicinas por parte de ancianos es «eutanasia encubierta» - Alfa y Omega

El Papa denuncia que la falta de acceso a medicinas por parte de ancianos es «eutanasia encubierta»

Además de con una asociación médica, Francisco se ha reunido este jueves con superioras mayores de Italia, a las que ha llamado a sembrar esperanza

Redacción
El Papa Francisco saluda a una mujer tras un encuentro con representantes de institutos médicos religiosos
El Papa Francisco saluda a una mujer tras un encuentro con representantes de institutos médicos religiosos. Foto: CNS / Vatican Media.

El Papa ha denunciado este jueves que la cultura del descarte alimenta «la eutanasia encubierta de los ancianos», al criticar que muchos no reciben los medicamentos necesarios ni la atención médica que precisan.

«En algunos países, los ancianos tienen que tomar cuatro o cinco medicinas y solo consiguen dos: esto es una eutanasia encubierta y progresiva, porque no se les da lo que pueden tomar para el tratamiento» ha manifestado, según recoge Europa Press.

Francisco ha recibido en audiencia en el Vaticano a algunos miembros de la Asociación Religiosa de Institutos Sociosanitarios (ARIS), ocasión que ha aprovechado para recordar que hay personas, especialmente ancianos, que por escasez de medios no pueden valerse por sí mismas y para las que incluso el hecho de «pagar un copago es un problema».

En esta línea, ha denunciado las «largas listas de espera, incluso para visitas urgentes y necesarias». Y ha asegurado que no garantizar el derecho a curarse «puede considerarse una eutanasia encubierta».

En su discurso ante representantes de la citada asociación, que se dedica a la gestión de centros sanitarios de inspiración cristiana, el Papa ha señalado que en el sector sanitario «la cultura del descarte puede mostrar sus dolorosas consecuencias más que en otros lugares, a veces de forma evidente».

«Cuando no se sitúa a la persona enferma en el centro y no se considera en su dignidad, se generan actitudes que pueden llevar incluso a especular sobre las desgracias ajenas, lo que debe hacernos estar alerta», ha incidido.

«Como Iglesia, estamos llamados a responder, sobre todo, a la demanda de salud de los más pobres, de los excluidos y de quienes, por razones económicas o culturales, ven ignoradas sus necesidades. Estos son los más importantes para nosotros, los primeros de la fila», ha añadido.

Con las superioras religiosas

Además de con esta asociación, Francisco se ha reunido con las participantes en la Asamblea General de las Superioras Mayores de Italia. El Pontífice ha aprovechado su intervención para advertir ante las «enfermedades de la vida consagrada», en particular, la amargura, «que es el licor del diablo».

«Cuando se cultiva el vinagre en lugar de azúcar, algo no funciona. La amargura, la acidez del corazón, hace mucho mal. Por favor, cuando vean que en una comunidad alguna hermana está en esto, ayúdenla a salir de esta situación; ayúdenla a salir de la situación de la gente melancólica que siempre piensa: «pero otros tiempos eran mejores», «las cosas no van», que aquí, que allá… Este es el elixir del diablo, esta amargura, licor de amargura. Por favor, nada de esto, solo dejemos que el Espíritu nos dé esta dulzura, que es una dulzura espiritual», ha reflexionado.

Por ello, les ha pedido que sean «sembradoras de esperanza», que no es lo mismo que sembradoras de optimismo. «De esperanza, que es otra cosa», ha especificado. Para el Papa, lo propio de la mujer es «dar vida, abrir caminos, llamar a otros». En este sentido, ha recordado que las mujeres fueron los primeros testigos de la Resurrección.

«Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega plena de esperanza. Sus numerosos proyectos hablan de esta dedicación plena de esperanza. ¡Sigan por este camino!», ha insistido.