La Iglesia responsabiliza a EE. UU. y México de la muerte de 38 personas
Un vídeo revela que los agentes que custodiaban el pabellón de hombres del centro de migrantes al producirse el incendio se fueron y los dejaron encerrados
El Papa Francisco ha pedido oraciones este miércoles por «los migrantes que fallecieron en un trágico incendio en Ciudad Juárez (México), para que el Señor los reciba en su reino y dé consuelo a sus familias». Se refiere a los 38 hombres que murieron en la noche del pasado lunes en un centro de retención de migrantes, situado junto al puente internacional Lerdo-Stanton, a escasos metros del río Bravo. Otros 29 resultaron heridos, de los cuales el pasado martes seguían ingresados once. Entre las víctimas, hay 28 guatemaltecos, 13 hondureños, 13 venezolanos, un colombiano y un ecuatoriano.
Aunque las informaciones oficiales hablan de albergues de migrantes, «no son «albergues», son estaciones migratorias», explicó el martes en un comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano. Y, «en realidad, operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular». Este incidente, aseguran los obispos, no se trata de un caso aislado. Está en «estrecha relación con lo sucedido en 2020 cuando una persona nacional de Guatemala perdiera la vida en la estación migratoria de Tenosique (Tabasco), así como los hechos en la estación de Piedras Negras (Coahuila)», cuando cinco migrantes fueron encontrados muertos en un tren.
El comunicado denuncia «el hacinamiento, la sobrepoblación y las condiciones infrahumanas a las que son sometidas las personas». Culpa de ello a las «políticas migratorias de contención enfocadas en la seguridad nacional, mas no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes». Por eso, lanza un llamamiento a las autoridades, a todos los niveles, para «no criminalizar a las personas migrantes».
No los evacuaron
Sobre las 21:30 horas del lunes, después de un largo rato protestando, algunos prendieron fuego a las colchonetas donde dormían. Los testimonios difieren sobre si la protesta era porque no les habían dado de beber en todo el día o por la próxima deportación de parte de ellos. Según el medio local La Verdad, la zona donde se encontraban los hombres estaba cerrada bajo llave.
En un vídeo que el Gobierno estatal de Chihuahua hizo llegar a Radio Fórmula, se ve el inicio del incendio y a un hombre dar una patada a una puerta para salir, sin éxito. A continuación, los agentes que están fuera se van sin permitirles salir. Los responsables del centro solo desalojaron a las mujeres y niños, que estaban en otra ala del edificio. Así lo relató a EFE Vianey Infante, mujer de uno de los hombres que estaba en la puerta esperando su liberación. «Son unos inhumanos».
El martes, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó de que los responsables directos de los hechos ya fueron presentados ante la Fiscalía General de la República (FGR). Aunque Ebrard refirió esa información, no precisó el número ni la identidad de los presentados ante la FGR, ni si se refiere a los migrantes que presuntamente provocaron el incendio o a los agentes que no los evacuaron.
Culpar a las víctimas
La asociación Sin Fronteras denunció en Twitter «la falta de protocolos y rutas de evacuación en caso de incendios». El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez subrayó que «las personas migrantes estaban privadas de su libertad por autoridades y, por tanto, el Estado era garante de su vida. Esto no se diluye señalando que estaban “retenidos” en un “área de aseguramiento temporal” ni insistiendo en que “protestaban”».
Por su parte, el Hope Border Institute, entidad católica de El Paso, la ciudad en el lado estadounidense de la frontera, señaló que «quienes culpan a las víctimas ocultan la realidad de que estas muertes son una acusación a las políticas y las estructuras implementadas en gran escala por ambos gobiernos».
En un comunicado, esta organización explica cómo «la presión cada vez más agresiva de la Administración Biden sobre la aplicación de las políticas migratorias y las estrategias de primero disuasión han presionado a las autoridades mexicanas a contener la migración en un sistema ya superpoblado y con escasez de recursos». Esto resulta en «tragedias mortales» como la del lunes. Por ejemplo, en cómo «en los meses posteriores a la expansión por parte de la Administración Biden del Título 42, hemos sido testigos de acciones de implementación ampliadas por parte de las autoridades mexicanas y la detención de personas en las instalaciones donde se inició el incendio».
«Políticas justas y humanas»
Algunos de los 68 migrantes que había en el centro habían sido retornados por Estados Unidos. Otros habían sido llevados allí por las Fuerzas de Seguridad mexicanas después de una operación para sacar de la calle a migrantes que estaban mendigando.
También el obispo de El Paso, Mark Seitz, muy cercano a la cuestión migratoria, ha denunciado las causas profundas del incendio. «Esta tragedia subraya la urgencia de atender la compleja crisis humanitaria que no ha cesado de desarrollarse en nuestra comunidad fronteriza», subraya en un comunicado. Los migrantes, que «en muchos casos huyen de la violencia, la persecución y la pobreza extrema, merecen dignidad, compasión y la protección de sus derechos humanos como hijos de Dios». Por ello, «seguiré abogando a favor de políticas de inmigración justas y humanas que respeten la dignidad y los derechos de todas las personas».
Según organizaciones civiles mexicanas, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, pues unos 900 murieron en el intento de cruzar sin documentos desde el país hacia Estados Unidos. El Gobierno mexicano también ha afrontado críticas de organizaciones de derechos humanos por aceptar las políticas estadounidenses y desplegar a más de 20.000 agentes de las Fuerzas Armadas en las fronteras para tareas migratorias.
El Papa Francisco está «profundamente entristecido» por el tiroteo en un colegio privado cristiano de Nashville (Tennessee, Estados Unidos), que el lunes se saldó con la muerte de tres niños, tres adultos y la atacante. Así lo expresa el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, en un telegrama enviado en nombre del Santo Padre en el que transmite «sus más sentidas condolencias y asegura su oración a todos los afectados por este acto de violencia sin sentido». También se une al «duelo de toda la comunidad», reza por las víctimas y sus familias y pide que «sean confirmados en su fe en el poder del Señor resucitado para sanar cualquier daño y sacar bien de este inenarrable mal».