Ocho años de guerra en Yemen: un niño muere por minas cada cuatro días
Save the Children y Oxfam Intermón piden mayor implicación de la comunidad internacional. Las donaciones internacionales cubren menos de un tercio de las necesidades para paliar la crisis
Save the Children ha hecho un llamamiento a todas las partes implicadas en la guerra de Yemen para que protejan a los niños de las minas y artefactos explosivos. El año pasado, un niño murió o resultó herido cada dos días por esta causa, el número más alto de los últimos cinco años. El dato se recoge en un informe de la entidad presentado cuando está a punto de cumplirse el octavo año de la internacionalización del conflicto civil debido a la intervención de la coalición liderada por Arabia Saudí, el 26 de marzo de 2015.
En el estudio, titulado Observando cada uno de nuestros pasos, se analizan datos de enero de 2018 a noviembre de 2022, se recoge que mientras que las víctimas infantiles directas de la violencia armada han disminuido desde 2018, las causadas por artefactos explosivos han aumentado. De un promedio de una cada cinco días en 2018 a uno cada dos en 2022. Años de conflicto han plagado el país de explosivos.
Los menores afectados aumentaron a 199 en 2022, que equivale al 55 % del total de víctimas infantiles, en comparación con 68 en 2018, el 7 % del total. Los niños están en peligro de encontrarse con estos artefactos mientras juegan, recogen leña o agua o cuidan del ganado. El aumento de casos está relacionado con el regreso de las familias a sus hogares durante la tregua de seis meses auspiciada por la ONU.
En la mitad de los casos, los niños fallecieron. Los heridos sufrieron amputación de brazos y manos o de piernas o pérdida de visión y audición. Algunos sufrieron lesiones permanentes. Estos niños no tienen acceso a los cuidados a largo plazo necesarios, ya que el sistema sanitario está al borde del colapso.
Save the Children pide a todas las partes en conflicto que tomen medidas inmediatas para proteger a los niños y niñas de estas armas mortales. Esto incluye poner fin al uso de minas, limpiar las zonas minadas y concienciar a las comunidades. También que eviten el uso de artefactos explosivos en zonas pobladas y garanticen el acceso de la ayuda humanitaria.
Endeudarse para comer
No es el único problema al que se enfrenta el país. La tregua temporal negociada por la ONU expiró en octubre y, aunque se ha mantenido en gran medida, persiste la incertidumbre sobre el futuro político y económico.
«La gente de Yemen está exhausta por la guerra», dice Ferran Puig, director de Oxfam en Yemen. «El aumento de los precios de los alimentos y los salarios impagados significan que incluso los alimentos básicos han quedado fuera del alcance de muchas personas en Yemen». Hay familias que se endeudan o venden todo lo que tienen para pagar alimentos y medicinas básicas.
19.000 fallecidos
Cuatro millones de desplazados internos. El 77 % son mujeres y niños, y el 56 % no tiene ninguna fuente de ingresos
21,6 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, dos tercios de la población
Siete veces más cuesta el gas, y el trigo (importado en un 42 % de Ucrania), entre cuatro y siete veces más
17 millones de personas experimentan altos niveles de inseguridad alimentaria. El 75 % de ellos son mujeres y niños. 2,2 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición grave
Las necesidades crecen, pero no así los recursos. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU se ha visto obligado a reducir la cantidad de ayuda que proporciona a la población. La última conferencia de donantes, celebrada recientemente, concluyó con un compromiso colectivo de menos de un tercio de la cantidad necesaria (1.100 millones de euros de 3.950 necesarios) para el Plan de Respuesta Humanitaria de Yemen.
Tanto Oxfam Intermón como Save the Children piden a la comunidad internacional y a los particulares que proporcione la financiación adecuada para esta respuesta humanitaria. «Los donantes no deben dar la espalda a la que sigue siendo una de las crisis humanitarias más graves del mundo», continua Puig. También llaman a que «los líderes mundiales ejerzan una presión real para que todas las partes vuelvan a sentarse a la mesa para poner fin al conflicto de forma permanente».