Santa del Siglo VII, patrona de Bruselas —comparte con san Miguel el nombre de su catedral—, nació en la provincia de Brabante —situada hoy en el corazón de Bélgica—, hija del duque Witger de Lorena y de Santa Malberga de Maubeuge. Asimismo, era hermana de San Aldeberto y Santa Reinalda y ahijada de Santa Gertrudis.
Fue, precisamente, su madrina la que se encargó de su educación en el convento de Nivelle. Al morir ésta, difieren las versiones sobre la suerte de Santa Gúdula. Unas fuentes indican que vivió en el oratorio de San Salvador de Moorsel; otras, por el contrario, informan de su vuelta a su casa paterna, donde llevó una vida de recogimiento y de oración.
Según la leyenda, un día, mientras oraba, Satanás, preso de rabia, apagó la linterna que llevaba en mano. Gúdula intensificó sus oraciones y la linterna volvió a encenderse. De ahí que se le represente siempre sujetando una linterna, mientras el demonio protesta a sus pies y un ángel enciende de nuevo el cirio.
Tras una breve enfermedad, Gúdula murió, según toda probabilidad, en enero del año 712.