Habla el premio Nobel de Economía, Gary Becker: «El embargo a Cuba, no sólo injusto, sino inútil» - Alfa y Omega

Habla el premio Nobel de Economía, Gary Becker: «El embargo a Cuba, no sólo injusto, sino inútil»

«El embargo es humanamente injusto, económicamente inútil y políticamente perjudicial». Gary Stanley Becker, Nobel de Economía y miembro de la Academia Pontificia para las Ciencias, no duda en criticar la política estadounidense en Cuba

Redacción
Misa del Papa en la plaza José Martí.

«Yo, por principios, estoy en contra del embargo —explica al diario católico Avvenire el sucesor de Milton Friedman en la guía de la escuela de los Chicago Boys—, pues desde el punto de vista económico lo considero un instrumento poco eficaz, que viola las leyes del libre mercado en las que se inspira nuestro país. Quizá puede justificarse en algunas ocasiones excepcionales, pero ciertamente Cuba no forma parte de estas excepciones».

Y, sin embargo, Washington, al menos por ahora, no parece dispuesto a acoger la llamada lanzada por Juan Pablo II. El Departamento de Estado ha respondido que el embargo es una ley estadounidense que goza de un amplio consenso entre los dos principales partidos. El presidente Clinton, por su parte, ha declarado que espera «que la visita del Santo Padre traiga una revisión de la situación de Cuba, que permita el acercamiento entre nuestros dos países». Y Becker responde así a nuestras preguntas.

¿Por qué hay tanta resistencia en el Gobierno estadounidense a levantar el embargo?
Porque hoy por hoy los políticos estadounidenses son prisioneros de una política que escogieron hace 30 años, durante la guerra fría. Los auténticos promotores del embargo son pocos, pero nadie tiene el valor para tomarse la responsabilidad de eliminarlo. Además, algunos exiliados cubanos en Miami y en otras zonas son ferozmente anticastristas y exigen este tipo de sanciones. Por otra parte, los políticos tienen miedo de oponerse a ellos, pues temen perder votos.

Importantes periódicos como Washington Post, Wall Street Journal, New Yorker y USA Today han tomado posición contra el embargo. Incluso el ex ministro del Tesoro de Clinton, Bentsen, se ha unido a ellos. ¿La hipótesis de que haya un cambio político sigue siendo lejana?
Por ahora sí, aunque el debate actual es importante. Si la visita de Juan Pablo II lograra provocar alguna señal positiva por parte de Castro, entonces sería posible aligerar las sanciones.

Catedral de La Habana.

¿Cuál es su opinión de la ley Helms-Burton?
Es una medida imposible de defender. Viola todos los principios sobre los que se fundan los Estados Unidos y nos expone a graves confrontaciones con nuestros aliados europeos.

Pero, ¿considera que el embargo es realmente inútil para hacer caer a Castro?
Hemos aplicado las sanciones desde hace más de 30 años y no creo que se vean los efectos, incluso ahora que ya no existe la Unión Soviética para apoyar a Cuba. El régimen castrista caerá, pero por su propio peso, por sus límites y sus errores. Cuando esto suceda, comprenderemos que el embargo no ha servido de nada, salvo para imponer sufrimientos a la población y hacer todavía más agudo el resentimiento entre nuestros pueblos.

¿Cree que levantar las sanciones podría acelerar la transición a la democracia?
Sin duda. Ante todo, la población cubana se liberaría y tendría la posibilidad de experimentar un modelo de vida mejor del que tiene hoy. La libertad de comercio, además, traería una mayor libertad de comunicación, elemento esencial para permitir el paso pacífico de un régimen autoritario a uno democrático. Poco a poco, Castro perdería no sólo el control económico, sino también el político y social del país, y se vería obligado a respetar la voluntad de la población, que pediría libertad y democracia.