El número de cristianos perseguidos se ha triplicado desde 2011
Según la Lista Mundial de la Persecución 2023, de Puertas Abiertas, nueve de cada diez cristianos asesinados por su fe el año pasado fueron en Nigeria
Cuando Puertas Abiertas comenzó a hacer un seguimiento de la persecución religiosa contra los cristianos en 1993, 40 países tenían un nivel alto, muy alto o extremo de persecución. Ahora que su Lista Mundial de la Persecución cumple 30 años, son 76. Entre 2011 y ahora, el número de cristianos que vive en países donde sufren persecución ha pasado de 100 a 360 millones. Es decir, uno de cada siete. O incluso dos de cada cinco en Asia.
Pero, además de en extensión, la persecución ha crecido en intensidad. Es una de las conclusiones de la entidad, que este miércoles ha presentado una nueva edición de su informe. «En 2011 había entre los 50 primeros puestos países con menos de 41 puntos» en su índice de persecución; es decir, con un nivel ni siquiera alto de persecución, ha recordado su director, Ted Blake. Ahora «todos tienen 65 o más», y «países con un nivel muy alto de persecución no entran».
Este crecimiento no ha sido constante, sino que se concentra en la última década. Al principio del seguimiento de Puertas Abiertas, la situación de los cristianos a nivel global mejoró bastante. En el año 2000, solo había dos países —Arabia Saudita y Corea del Norte— con niveles extremos de persecución, mientras que ahora son once. 2007 fue el año en el que se registraron menos países con persecución. El empeoramiento comenzó en 2011, con la Primavera Árabe.
El yihadismo toma África
Uno de los focos de preocupación es África. El yihadismo «está llevando a cabo su visión de llegar a todos los países», ha alertado Blake. Ya hay una veintena en la Lista Mundial de la Persecución. Especialmente alarmante les la realidad de Nigeria. Aunque ha estado presente en la lista desde sus inicios, en la actualidad «la persecución está llegando a la zona sur del país, de mayoría cristiana».
También aumenta en intensidad. En el período de tiempo incluido en el último informe —de octubre de 2021 a septiembre de 2022—, nueve de cada diez asesinatos de cristianos por su fe en el mundo, el 89 %, ocurrió en este país. Fueron 5.014, un 7,8 % más que los 4.650 del período anterior. Además, cientos de miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares.
Esta situación afecta a todos los países de alrededor. Particularmente significativo es el caso de Burkina Faso. En 2017 «ni siquiera estaba en nuestro radar». En 2019 pasó a un índice de persecución de 48 puntos, y ahora a 71.
Otro país que ha ascendido mucho en la lista últimamente es Mozambique, debido a la irrupción del yihadismo en la región septentrional de Cabo Delgado. «Lo que más nos preocupa es que los gobiernos africanos están mirando para otro lado, diciendo que no es persecución sino otra realidad. Y los del resto del mundo hacen lo mismo», ha denunciado Blake.
A por las aldeas cristianas
El director de Puertas Abiertas ha explicado cómo trabajan para catalogar un ataque como persecución religiosa contra los cristianos en un contexto como el africano. En este continente, muchos conflictos son multifactoriales: las diferencias religiosas se mezclan con las étnicas, los agravios entre agricultores y ganaderos o simplemente la inestabilidad e inseguridad generalizada en un país.
«Los yihadistas buscan intencionadamente poblados de mayoría cristiana y, en ellos, se centran en atacar específicamente a los cristianos», ha aclarado. «Cuando se dan ataques de este tipo entendemos que es persecución».
Corea del Norte, a la cabeza
Corea del Norte recupera el número uno de esta trágica clasificación, batiendo un nuevo récord: de 100 puntos posibles tiene 98. En este hermético país, «se está implementando una ley contra el pensamiento reaccionario» que ha llevado a las autoridades del régimen comunista a ir «casa por casa buscando a los cristianos», ha descrito Blake. Esto ha llevado al descubrimiento y detención de varias comunidades domésticas clandestinas.
Le siguen Somalia, Yemen, Eritrea, Libia, Nigeria, Pakistán, Irán, Afganistán y Sudán. En relación a Afganistán, Blake ha apuntado que el hecho de que haya pasado del primer lugar el año pasado al noveno no implica que la persecución que sufren los cristianos de origen musulmán se haya reducido. «En 2021 los talibanes fueron puerta por puerta buscando a los cristianos para matarlos». Otros muchos huyeron, por lo que los integristas han llegado a la conclusión de que si no han sido eliminados del todo, «ya no es importante buscar a los que quedan», y han reducido la presión.
Dentro de la preocupación por el agravamiento de la persecución religiosa en la última década, el director de Puertas Abiertas, Ted Blake, ha señalado algunos signos de esperanza. Por ejemplo, en el período que analiza su último informe —de octubre de 2021 a septiembre de 2022— el número de iglesias atacadas se redujo de forma considerable. En concreto, pasó de 5.110 a 2.110.
Por otro lado, «algunos países del Golfo están teniendo algo más de tolerancia hacia los cristianos» y reduciendo la persecución. Con todo, Blake ha matizado que «no estamos seguros al 100 % de que sea algo permanente». Podría ocurrir algo similar a lo sucedido en Sudán. Allí, «hace un par de años hubo un cambio de Gobierno y un inicio de cambio de actitud frente a los cristianos». Pero ahora la situación ha involucionado, y este país es el décimo en la Lista Mundial de la Persecución.
Además, después de una primera prohibición de las ONG, al entrar el país en una grave crisis «permitieron que volvieran». Entre sus miembros hay cristianos, pero al ser extranjeros la persecución que sufren es menor. Por último, «no hemos podido verificar si las personas cristianas que han muerto allí murieron específicamente por ser cristianos» o por otros motivos, como haber colaborado con Naciones Unidas.
En cuanto a China, que con un índice de 77 puntos ocupa el puesto 16 de la lista, Blake ha alertado sobre algunas tendencias preocupantes. El gigante asiático «intenta redefinir lo que significan los derechos humanos», para dar prioridad a «la estabilidad y la seguridad» como principios de organización. «Y está buscando aliados para llevar a cabo el cambio dentro de Naciones Unidas».
Además, después de utilizar las nuevas tecnologías para controlar el seguimiento de las medidas contra la COVID-19, «ahora esa tecnología se sigue usando con otros propósitos», como instalarla en iglesias para vigilar a los fieles. Blake ha alertado además del riesgo de que estos sistemas «se estén vendiendo a otros países».