Tercer sacerdote secuestrado en Nigeria en cinco días
El padre Pier Luigi Macalli, que pasó dos años en manos de yihadistas, recuerda que diez personas siguen secuestradas en el Sahel
Nuevo secuestro de un sacerdote en Nigeria, el tercero en cinco días. El padre mark Ojotu, capellán del hospital St. Mary de Okpoga, fue secuestrado el jueves por la tarde en la carretera de Okpoga a Ojapo, en el estado de Benue, según informa un comunicado de la diócesis de Otukpo y recoge la agencia Fides. Michal Ekwoy Apochi, obispo diocesano, pide a los fieles que «recen por la rápida puesta en libertad del sacerdote y de todos aquellos que sufren a manos de sus captores».
El 20 de diciembre fue secuestrado Sylvester Okechukwu en la diócesis de Kafanchan, en el estado de Kaduna, en la parte centroseptentrional del país. Okechukwu, que trabaja en la parroquia de San Antonio, en Fadan, Kano, fue secuestrado sobre las 23.45 horas en la rectoría de la parroquia, en el área de gobierno local de Lere, en el estado de Kaduna. Al pedir oraciones por la pronta liberación del sacerdote, la diócesis instó a todos a «no tomarse la justicia por su mano. Utilizaremos todos los medios legales para garantizar su liberación de forma rápida y segura».
Además, el 17 de diciembre fue raptado Christopher Ogide, párroco asociado de la parroquia Maria Assumpta de Umuopara, diócesis de Umuahia, en el estado de Abia, al sur de Nigeria. En un comunicado emitido por el canciller diocesano, Henry Maduka, se afirmaba que el secuestro tuvo lugar en la puerta de entrada de la casa parroquial, mientras Ogide se dirigía a repostar a una gasolinera cercana.
Alessandro Monteduro, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada Italia, ha denunciado esta «caza al hombre en medio de la indiferencia general. No se trata de casos aislados: se estima que han sido cerca de 30 secuestros» en 2022. Cada secuestro solo ha tenido como eco «el silencio. Todos son considerados no merecedores de la consideración de la comunidad internacional, de la mayor parte de los medios occidentales y sobre todo de las autoridades» nigerianas.
Una liberación
La noticia llegaba justo después de la liberación del padre Abraham Kunat, secuestrado el 8 de noviembre en San Mulumba, Kurmin Sara, en Kaduna. El padre Kunat es párroco de la iglesia de San Bernardo, en Idon Gida, pero debido a la situación de inseguridad en la zona, residía en la parroquia de San Mulumba.
La explosión de secuestros es una auténtica lacra social en casi toda Nigeria. También golpea de forma más amplia a toda la región. Así lo ha recordado el sacerdote Pier Luigi Macalli, que pasó dos años en manos de grupos yihadistas en el Sahel. En un mensaje navideño al que ha tenido acceso Fides, escribe que «mis pensamientos están con los diez rehenes del Sahel que pasarán otras vacaciones lejos de casa. No puedo sino sentirme solidario con las familias de todos. Este año mi oración ante el belén» es para que «haya paz y liberación para ellos y para el Sahel».
Concretamente, el misionero menciona al rumano Iulian Ghergut, secuestrado en Burkina Faso el 4 de abril de 2015; al australiano Arthur Kennet Elliott, secuestrado en Burkina Faso el 15 de enero de 2016; al estadounidense Jeffrey Woodke secuestrado en Níger el 14 de octubre de 2016; al sudafricano Christopher Bothma, secuestrado en Burkina Faso el 23 de septiembre de 2018; al sacerdote burkinabé Fidei Donum Joël Yougbaré, secuestrado en Burkina Faso el 17 de marzo de 2019; a la familia italiana de Langone Giovanni, Rocco y Donatella, secuestrados en Malí el 19 de mayo de 2022; y al misionero alemán de los Padres Blancos Hans-Joachim Lohre, secuestrado en Malí el 20 de noviembre de 2022.