La agenda de Navidad del Papa
El 24 de diciembre arrancarán las celebraciones litúrgicas de la décima Navidad de Francisco en el Vaticano. Tras tres años de imposiciones sanitarias, el Pontífice retomará el calendario navideño sin mascarillas ni límites de aforo
Las tradiciones se respetan en Roma. Una de las más entrañables se conjuga a pocos días de la Navidad, cuando decenas de familias llevan hasta la plaza de San Pedro la figura del Niño Jesús que pondrán en los belenes de sus casas para que el Papa las bendiga. El pasado domingo 11 de diciembre se mantuvo la costumbre y, justo después del ángelus, Francisco bendijo miles de figuras que representan a Jesús recién nacido.
Francisco presidirá su décima Navidad en el Vaticano y, en las celebraciones litúrgicas, estará muy presente la guerra en Ucrania que el pasado 8 de diciembre le llenó de lágrimas las cuencas de los ojos cuando rezaba ante la imagen de la Virgen de la Inmaculada en la plaza de España de Roma. Durante unos instantes solo se escucharon sus sollozos. No es habitual ver llorar al Papa, pero la dureza de la crueldad bélica que, además de llevarse por delante vidas inocentes, ha exacerbado la subida de los precios de los alimentos por la escasez de trigo, y ha puesto a muchos países al borde de una profunda crisis alimentaria, anida en el corazón de Francisco. Si pidiera un regalo para esta Navidad, sería un poco de paz. Tal y como contó en la entrevista de casi dos horas con el director de ABC, Julián Quirós, y el corresponsal del periódico en el Vaticano, Javier Martínez-Brocal: «¡Cuántas guerras hay en el mundo! La de Ucrania nos toca más de cerca, pero pensemos también en Myanmar, en Yemen o en Siria, donde llevan trece años luchando…».
Tres años después de la pandemia que canceló los grandes baños de masas, los sentidos abrazos a los enfermos y los besos a los niños, el Papa retomará el contacto directo con los fieles esta Navidad, en la que conmemorará un año más la llegada de Jesús al mundo. Según el calendario de celebraciones publicado por la Oficina de Prensa del Vaticano, este sábado, 24 de diciembre, a las 19:30 horas celebrará la Misa del Gallo en la basílica de San Pedro junto con los cardenales de la Curia, además de algunos obispos y sacerdotes. Al día siguiente, el día de Navidad, Francisco se asomará al balcón central de la basílica vaticana a las 12:00 horas e impartirá a los 1.200 millones de católicos del mundo su bendición urbi et orbi. Como es habitual, dedicará su mensaje a sacudir conciencias con un repaso por los conflictos, guerras y crisis abiertas en todo el mundo, y reiterará su petición para que reine la paz.
El 31 de diciembre celebrará a las 17:00 horas las vísperas y el tedeum en acción de gracias por el año que termina. La primera celebración del 2022 tendrá lugar el mismo 1 de enero, solemnidad de María Santísima, Madre de Dios, y también Jornada Mundial de la Paz. El Papa celebrará una Misa a las 10:00 horas en la basílica de San Pedro. El miércoles 6 de enero presidirá la Eucaristía de la solemnidad de la Epifanía del Señor.
Como es tradición, el tiempo de Navidad concluirá el día 8 de enero, domingo después de la Epifanía, fiesta del Bautismo del Señor, cuando tendrá lugar la tradicional cita del Papa en la capilla Sixtina. A las 9:30 horas Francisco presidirá la Santa Misa y bautizará a algunos de los hijos de los empleados del Vaticano que han nacido a finales del año 2022. Suele ser un momento muy tierno que rememora el bautizo de Jesús en las aguas del río Jordán y es una de los pocos que se celebran en la capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Ángel.
El próximo 13 de marzo, Francisco agotará diez años de pontificado, una cifra redonda que ha acelerado su agenda y que inevitablemente hace pensar en su legado. A pesar de sus problemas de salud, en concreto la artrosis que arrastra en la rodilla derecha y que le impide caminar o desplazarse sin ayuda de una silla de ruedas o de un bastón, no ha reducido durante los últimos meses su agenda ni el ritmo de trabajo. De hecho, está previsto que viaje del 31 de enero al 5 de febrero del año que viene a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, tras haberse visto obligado a cancelarlo en junio por prescripción médica precisamente por sus problemas de salud. El propio Pontífice ha revelado en varias ocasiones que no se plantea en este momento operarse, porque en 2021 tuvo problemas con la anestesia cuando se sometió a una cirugía de colon por diverticulitis.
Además, en agosto viajará a Lisboa (Portugal) para participar en la Jornada Mundial de la Juventud. España no es, por el momento, uno de los destinos previstos en su agenda. «No he estado en ningún país grande de Europa […]. Quizás el próximo año vaya a Marsella para el Encuentro del Mediterráneo, pero no es un viaje a Francia», detalló en la entrevista publicada íntegra el domingo por el diario ABC, en la que también reveló que firmó su renuncia en caso de impedimento médico hace más de nueve años, cuando el cardenal italiano Tarcisio Bertone era el secretario de Estado del Vaticano —antes de que le sustituyera Pietro Parolin, el 15 de octubre de 2013—. «Yo ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone el secretario de Estado. Yo la firmé y le dije: en caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen. No sé a quién se la habrá dado el cardenal Bertone, pero se la di cuando era secretario de Estado», declaró.
Además, señaló que no tiene previsto definir el estatuto del Papa emérito. Francisco también anunció que iba a nombrar a una mujer —que ya tiene en mente— como responsable última de un dicasterio «que quedará vacante en dos años». Pero no reveló ni la identidad de esta persona ni la del organismo. «No hay obstáculo para que una mujer dirija un dicasterio donde un laico puede ser prefecto», refirió en la citada entrevista.
La guerra en Ucrania ha desencadenado una subida en los precios de los alimentos, lo que amenaza con provocar una crisis de desnutrición, turbulencias migratorias y nuevas tensiones geopolíticas. Francisco la atribuye a «decisiones humanas reprobables» en su mensaje para la 56ª Jornada de la Paz del próximo 1 de enero de 2023. «La guerra en Ucrania se cobra víctimas inocentes y propaga la inseguridad, no solo entre los directamente afectados, sino de forma generalizada e indiscriminada hacia todo el mundo; también afecta a quienes, incluso a miles de kilómetros de distancia, sufren sus efectos colaterales. Basta pensar en la escasez de trigo y los precios del combustible», lamenta el Pontífice en el mensaje que lleva por título Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde el COVID-19 para trazar juntos caminos de paz.
El Papa compara la pandemia de coronavirus que irrumpió en Europa en marzo del 2020 con la guerra en Ucrania y lamenta que para esta última «aún no se hayan encontrado soluciones adecuadas». «El virus de la guerra es más difícil de vencer que los que afectan al organismo, porque no procede del exterior, sino del interior del corazón humano, corrompido por el pecado», incide. Tras dejar claro que los conflictos son una «derrota para la humanidad», pide políticas adecuadas de acogida e integración, especialmente hacia los migrantes «que viven como descartados en nuestras sociedades». «El escándalo de los pueblos hambrientos nos duele», constata. Asimismo, critica la «excesiva» fe depositada en el progreso, y los efectos de la globalización, y denuncia una «intoxicación individualista e idolátrica» que compromete la garantía de «justicia, armonía y paz».